Plan Contra La Violencia Escolar
Una carga más para los maestros, otro plan que estará a su cargo y es probable que les requieran subir información en las famosas plataformas, las que se han vuelto la mayor carga administrativa de los últimos años en las escuelas, reduciendo el tiempo para la docencia.
Como consecuencia de los hechos de Monterrey ─un alumnos de secundaria disparó contra su maestra y sus compañeros en el salón de clases, suicidándose al final─, han obligado al gobierno a instrumentar el Plan de Acción para la Prevención Social de la Violencia y el Fortalecimiento de la Convivencia Escolar, presentado el lunes 20 de febrero en la Ciudad de México.
A manera de ejemplo, sus dos primeras líneas de acción dicen:
“Se presentará, impulsará y difundirá ampliamente la instrumentación del Programa Nacional de Convivencia Escolar, que se aplicará de manera gradual en escuelas de tipo básico del país, de manera focalizada.
El Programa constituye una estrategia educativa, formativa y preventiva para lograr que las escuelas sean ambientes favorables para la enseñanza y el aprendizaje, mediante un enfoque integral y vivencial para el desarrollo de las habilidades socioemocionales de los alumnos y la comunidad escolar. Asimismo, en la educación del tipo medio superior se ampliará y reforzará la instrumentación del Programa Construye -T, cuyo objetivo es fortalecer las capacidades de la escuela para desarrollar las habilidades socioemocionales de los alumnos y mejorar el ambiente escolar.”
“En coordinación con las autoridades de las entidades federativas, la secretaría de Gobernación y la Secretaría de Educación Pública, en el ámbito de sus atribuciones, revisarán, fortalecerán y, en su caso, rediseñarán las intervenciones y protocolos que eviten el ingreso de armas a los planteles escolares, públicos y particulares. Se diseñará un nuevo dispositivo que fortalecerá las acciones que desarrollan las entidades federativas, como “mochila segura” u otras, estableciendo de manera clara y con pleno respeto a los derechos de las niñas, niños y adolescentes, recomendaciones que definan su pertinencia, temporalidad, alcances, los sujetos participantes y las zonas de mayor riesgo.
Se invitará a los padres y madres de familia a iniciar dicha práctica desde el hogar.”
La pretensión es evitar que los alumnos ingresen armas a las escuelas para evitar otros hechos lamentables, no permitir el ingreso de drogas, así como estrategias para combatir el bullying, que es deseable en todas las instituciones educativas.
Agregan como novedad los ciberpatrullajes de la Policía Federal (PF), supuestamente para obtener información de riesgos planeados o comentados desde las redes sociales y estar en condiciones de evitarlos.
Las líneas de acción planteadas criminalizan a los estudiantes, que ahora serán incluso vigilados por la PF, todo un planteamiento desde los escritorios de la SEP y de gobernación, que tendrá listos sus protocolos en sesenta días.
Marginan de su diseño a los alumnos, a sus padres y sus maestros que son los actores centrales del quehacer educativo, al reducirlos a simples consumidores de la información que generen la burocracia.
No existe en el documento una mención respecto a la integración familiar, en cómo tratar los conflictos económicos internos en cada hogar que no pocas veces terminan en desencuentros, donde el alumno es participante aún de manera presencial, pero sus vivencias impactan en su desempeño, ellos tienen mucho que decir para resolver y erradicar estos hechos, sin embargo en el plan ni los toman en cuenta.
No se toca el entorno social violento que impera en casi todo el país, donde a diario se reportan asesinatos, actos criminales que antes alarmaban a una sociedad que empieza a ver los hechos como algo cotidiano.
Los padres de familia son determinantes en la educación y comportamiento de sus hijos, si el hogar es la fuente inicial de toda situación actitudinal, es indispensable fijar tareas para apoyar a sus hijos que se omiten considerar en el diseño.
Respecto a los maestros, sobre todo a quienes trabajan en áreas complicadas, con escenarios difíciles, si son tomados en cuenta, seguramente lograran resultados, pero el gran problema de la SEP es que no escucha a nadie, ni a sus propios trabajadores, por eso el fracaso educativo de este sexenio.