El próximo gobernador del Estado de México se enfrentará a una entidad insegura y con altos niveles pobreza.
El estado más poblado del país no cuenta con cifras alentadores, pero sí tiene varios focos rojos.
En materia de seguridad, el actual gobierno, de 2012 a 2016, ha invertido 70 mil 900 millones de pesos; sin embargo, el Estado de México sigue siendo líder en el robo de autos y en secuestro, además de ser el segundo en homicidios dolosos.
El INEGI, en su encuesta de victimización, reveló que 9 de cada 10 mexiquenses dicen sentirse inseguros, y en 2016, 45 mil de cada 100 mil fueron víctimas de algún delito.
Aunado a esto, uno de los problemas que más duele, es el de los feminicidios; entre 2011 y 2013 se tienen reportados mil 384 feminicidios; 2014 a 2015 las autoridades no han dado datos precisos; pero de enero de 2015 a julio de 2016 la cifra es de 2 mil 043 mujeres.
Sobre pobreza, el Estado de México es la entidad que más gente pobre tiene a nivel nacional; de acuerdo al Coneval, de 2010 a 2014, en el país había 3.2 millones de pobres, de los cuales más de millón y medio son del Estado de México, lo que corresponde al 45 por ciento del total.
Además, 60.6 por ciento de los mexiquenses tienen rezagos en seguridad social, mientras que el 58.9 enfrenta problemas económicos, ya que su ingreso es inferior a la línea de bienestar.
Alrededor de 3 millones 300 mil habitantes del Estado de México no pueden adquirir una canasta básica.
Pese a recibir recursos por 357 mil 515 millones de pesos, entre 2012 y 2017, 55.4 por ciento de los mexiquenses tienen un empleo informal; mientras que 33 por ciento está en pobreza laboral, por lo que no pueden cumplir con las necesidades básicas de las familias
Y en materia de creación laboral, en 2016 se generaron sólo 59 mil nuevos empleos, cuando la entidad requiere 166 mil cada año.
El Estado de México se ubica como la sexta entidad con la mayor deuda pública del país; más de 36 mil 179 millones de pesos son parte de los pasivos que el estado reportó a la Secretaría de Hacienda en 2016.
Todo esto deberá resolver el nuevo gobierno, lo que va más allá de prometer hospitales, programas sociales, tarjetas de colores, entre otras cosas.