El pasado 11 de junio, el subsecretario mexicano de Prevención y Promoción de la Salud Hugo López-Gatell encargado de liderar la lucha contra la pandemia en el país, declaró a EFE News que el Gobierno de México cree que la pandemia de COVID-19 alcanzará su punto máximo de contagios durante la próxima semana, aunque perdurará en algunas zonas hasta octubre, y se declara «preparado» para afrontar una posible nueva oleada para finales de año.
«Empezamos en febrero, terminaremos en octubre y podríamos decir que a mitad de junio estaremos a la mitad del conjunto de curvas epidémicas»
Según los últimos datos, México registró un récord de contagios con 4.883 nuevos casos de COVID-19 y ya acumula más de 129.000 enfermos y 15.357 fallecidos desde la llegada del coronavirus SARS-CoV-2 el 28 de febrero.
Las autoridades habían anunciado que el pico llegaría a principios de mayo, pero López-Gatell matizó que esa fecha obedecía solo al área metropolitana de la Ciudad de México, la zona más afectada.
Subrayó que en un país tan grande como México no se puede establecer un solo pico porque se «segmenta la epidemia» por territorios, aunque calculó que «un punto intermedio sería a mitad de junio».
Pero todas esas declaraciones quedan fuera de control, al escuchar lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador dice en sus “mañaneras”, ya que el Gobierno federal anunció el 1 de junio el inicio de la «Nueva Normalidad» con la apertura de algunas industrias, aunque pidió a la gente permanecer en casa porque los 32 estados del país siguen en «riesgo máximo» de contagios.
Mensajes como el del presidente Andrés Manuel López Obrador de que «se domó la pandemia», o del secretario de Salud Jorge Alcocer quien dijo que la epidemia «va a la baja», han confundido a ciudadanos que han relajado la cuarentena, que de por sí nunca ha sido obligatoria para no afectar a millones de pobres y a empleados en la economía informal.
López-Gatell no desacreditó a sus superiores, porque dijo que tienen razón en que en algunas zonas la epidemia está decreciendo, aunque admitió que el Gobierno tiene «retos de comunicación importantes» sobre todo ante el aumento de la movilidad.
Y si a eso le agregamos las cifras oficiales que han sido tan cuestionadas, no se ve seriedad en la información a los mexicanos.