Al cierre de campañas electorales, al menos 300 denuncias por violencia electoral se presentaron ante el Instituto Electoral del Estado de México; partidos y coaliciones se acusan unos y otros de querer enturbiar el proceso para renovar la Cámara de Diputados Local y los 125 Ayuntamientos.
No es novedad que candidatos se ataquen y se acusen unos a otros, pero sin duda, este proceso ha sido más encarnizada la lucha; el PRI, PAN y PRD quieren recuperar a como dé lugar todo el terreno perdido, tanto en la entidad mexiquense como a nivel federal; mientras que Morena pelea por mantener el terreno ganado y le sigue apostando a la figura que representa el presidente Andrés Manuel López Obrador y a su 4T.
Pero más allá de los ataques y la violencia (sin minimizar estos hechos lamentables y hasta vergonzosos), las campañas fueron superficiales, las mismas propuestas y promesas, cantos y bailes para lograr la simpatía e insultos; se debería ya ir pensando en reducir los presupuestos de campaña, para evitar tanta banalidad por parte de los candidatos y de los partidos, pues lo que exige la ciudadanía son propuestas claras, creíbles y viables.
Las y los mexiquenses lo que menos quieren es políticos haciéndose los graciosos y mucho menos candidatos que amenacen de muerte a otros candidatos.
Las campañas en el Edomex, que concluyen a mitad de semana, transcurrieron en medio de hostigamientos, balaceras y presuntos secuestros, por lo que la Secretaría de Seguridad estatal decretó 23 medidas de protección para igual número de candidatos, de las cuales 12 son para mujeres.
Misma dependencia que ya anunció que desplegará 12 mil 144 elementos policiacos en la próxima jornada electoral del 6 de junio.
Estos números no sólo demuestran que se está viviendo un proceso electoral violento, también exhiben la inseguridad que se vive en la entidad, es por ello que se requieren representantes ciudadanos a la altura y no candidatos que organizan eventos masivos de entretenimiento y que ponen en riesgo a las personas en estos tiempos de pandemia.