A los habitantes del Estado de México nos sorprendió la entrega del Premio Estatal del Deporte a los jóvenes y entrenadores que obtuvieron súper excelentes resultados en los Juegos Paralímpicos de Tokio y en el Mundial de Atletismo, sobre todo porque a pesar del esfuerzo que realizan por ser campeones mundiales nunca se les tomaba en cuenta, pasaban desapercibidos para las autoridades.
Dedicados verdaderamente a lo suyo: practicar el deporte que más les agrada, las juventudes deportistas con capacidades especiales nos dan muestra de entrega y amor al deporte, destacando entre los demás siempre teniendo en cuenta de que deben ser de los mejores; campeones donde quiera que se encuentren, principalmente en justas internacionales.
A quien esto escribe, hace unos años fue invitado a un torneo de básquetbol llevado a cabo en las instalaciones deportivas del municipio de Zinacantepec, donde pude observar a equipos bien organizados para participar en las distintas categorías de las justas: adultos, jóvenes y veteranos, todos participando con entusiasmo.
Me admiró cada uno de los movimientos que hacían los deportistas con sus manos, sus sillas de ruedas, su pelota, para encestar y logra puntos a favor de sus equipos, incluso entreviste a algunos y algunas deportistas sintiendo alta su autoestima; algunos no dejaban de sentirse orgullosos por el dominio del basquetbol.
Por eso es muy encomiable la decisión de gobernador del Estado de México, Alfredo Del Mazo Maza con relación a la entrega del Premio Estatal del Deporte, como un digno reconocimiento a la labor cotidiana de hombres y mujeres en las distintas disciplinas y categorías.
Y no hay duda que la inclusión de un estímulo económico fue muy conmovedor para quienes fueron homenajeados, principalmente en estos tiempos de pandemia que ha debilitado las economías de los países y por ende de los sectores sociales.
No hay duda que la alegría fue doble, toda vez que nunca habían sido tomados en cuenta para un evento tan significativo que es vivo ejemplo para muchas generaciones, principalmente para quienes consideran que lo han perdido todo al tener alguna discapacidad o al perder algún miembro del cuerpo.
¡En hora buena! ¡Felicidades! a los grandes hombres y grandes mujeres que nos dan muestra de que se puede salir adelante pese a las adversidades; que hacen lo que los que se sienten plenamente sanos no logran en las competencias mundiales, esos que solo van a pasear o a tirar a la basura la ropa tricolor representativa de nuestro país una vez sabiéndose perdedores o perdedoras.
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