La inseguridad en el Estado de México se incrementa día con día, sin que las autoridades de los tres niveles de gobierno puedan hacer algo al respecto, por el contrario se muestran indiferentes al reclamo de la sociedad quienes sólo piden seguridad en su familia y su entorno.
En la entidad mexiquense ya aparecieron los autodenominados grupos de la policía comunitaria, esto en el sur del Estado donde permea la delincuencia organizada y traen en zozobra a los avecindados en aquella región.
Pero no tan sólo eso, ahora más cercano a la capital mexiquense, se están dando casos donde los pobladores organizados están dejando entrever que ante la nula presencia de la policía municipal, así como su petición de brindar seguridad, han expresado a través de mantas colocadas en puntos estratégicos, sobre la posibilidad de hacerse justicia por su propia mano.
Aunque esto va en contra de la ley, no les han dejado otra opción a la comunidad quien su reclamo es seguridad; ya lo vivió la comunidad universitaria hace algunas semanas anteriores donde colocó las fotos de los presuntos delincuentes a través de mantas para que los conozcan tanto estudiantes como población y no ser sus víctimas.
Pero en algunas comunidades la problemática va mas allá de solo exhibir a los delincuentes, sino se está convocando a la sociedad a hacerse justicia por su propia mano aunque vayan en contra de la ley.
Las autoridades del ramo en vez de discutir si se está o no dentro o fuera del marco jurídico deberían emprender programas que difundan los principios y valores que se dan desde el seno familiar, así como convocar a las instituciones educativas a implementar programas de buenas conductas y demás temas sobre el ramo para erradicar este mal social que tiene en jaque a la población