Faltan menos de tres meses para que en el Estado de México se cumpla el plazo de certificación de las diferentes corporaciones policiacas en el Centro de Control y Confianza, donde los elementos habrán de pasar una serie de pruebas para saber si están aptos para desempeñar esta función e incluso que no tengan antecedentes penales.
Es así como se podrá tener la certeza de que el personal que se encarga de las cuestiones de salvaguardar y velar por la integridad física de todos y cada uno de los ciudadanos son competentes, pertenezca a la corporación que sea, el caso es que haya confianza entre población y autoridades.
De esta manera se podrá evitar acciones como las sucedidas en días pasados en el municipio de Tultepec, donde un policía municipal –en la versión oficial- en su intento por detener a un par de jóvenes y no ser acatado su orden optó por accionar su arma de fuego y matar a dos de tres individuos, un tercero se debate entre la vida y la muerte en un nosocomio cercano al lugar.
Funcionarios de aquella comuna, en meses pasados comentaron que Tultepec era uno de los municipios donde todos los elementos habían sido evaluados por el Centro de Control y Confianza y con estos hechos se da muestra que no sirve de mucho este programa, ya que el policía certificado dio muestra de su falta de aptitud para marcar el alto a los individuos.
Esta falta de preparación provocó que una multitud enardecida por tales acontecimientos, hiciera destrozos con las pocas patrullas con que se cuenta para realizar labores de vigilancia y no faltó mucho para que la gente quemara también la Dirección de Seguridad Pública.
Acciones como estas repercuten en el erario público del municipio, quien de manera inmediata tendrá que reponer las unidades que fueron dañadas e incluso algunas inservibles y donde el gobierno perredista tendrá que destinar una partida especial para ello cuando bien se pudiera ocupar en otros rubros.
Pero cuántos casos como estos tendremos en los 125 municipios del Estado de México, donde los policías no son aptos para desempeñar el cargo conferido.