En días pasados se expuso ante la opinión pública el problema de la migración infantil hacia Estados Unidos, las imágenes eran lamentables, niños y niñas, flacos y desnutridos, en harapos, perdiendo su inocencia, con el deseo de encontrar un lugar mejor para vivir.
Pero para un pequeño ¿qué será un mejor lugar para vivir? El común de los infantes espera tener un hogar donde se sienta a salvo, protegido por sus padres, espera juguetes y diversión.
Pero parece que para estos niños, que deciden alejarse de sus casas, de sus padres, las condiciones son muy adversas, muy lamentables. No tienen garantizado en lo más mínimo sus derechos, ser alimentados correctamente, tener un techo, servicios de salud y educación, pero además dos derechos que hacen feliz a un niño, derecho a jugar y a ser amados.
Y al carecer de todas estas cosas prefieren tomar el mismo camino muchos adultos y emprender el viaje para alcanzar el sueño americano; muchos de ellos esperan encontrar un trabajo que les permita saciar esa hambre que arrastran por días, complacer ese deseo de tener un juguete, recuperar la esperanza de que podrán ser algo mejor.
Los presidentes de México y EU, Enrique Peña Nieto y Barack Obama, respectivamente, hablaron por teléfono y acordaron mejorar las políticas para atender la migración infantil. Pero nos preguntamos si este tema es tan mínimo, qué sólo bastó una llamada telefónica y asunto arreglado.
En el caso de México nos preguntamos a qué grado de pobreza se ha llegado, ha qué grado de violencia y desprotección se ha llegado para que estos niños prefieran transitar por un camino infame a permanecer en sus casas, dónde están las autoridades, dónde está la Cruzada Nacional Contra el Hambre, dónde está ese México mejor qué tanto prometen, todo lo sustentan a unas reformas, que no parecen beneficiar a todos.
En el caso de EU, qué se puede esperar de un gobierno que por años ha postergado el tema, qué se puede esperar de un país que favorece las guerras por conveniencia económica, qué se puede esperar de unas autoridades que no se tientan el corazón ante la muerte de cientos de niños en ataques genocidas.
Al respecto, el gobernador Eruviel Ávila Villegas anunció que, en su calidad de coordinador de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), solicitará que las decisiones que se tomen en el tema migratorio y, en especial, de los menores y adolescentes no acompañados que ingresan a Estados Unidos, partan de acuerdos internacionales, siempre respetando sus derechos humanos, y no se tomen de manera unilateral, y aseguró que los integrantes de este organismo apoyarán las decisiones del Gobierno de la República en esta materia, para que se resuelva de manera integral y coordinada, siempre pensando en los niños migrantes.
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