La semana pasada el INEGI dio a conocer que en segundo trimestre de 2014, el Producto Interno Bruto (PIB) de México registró un avance anual de 1.56 por ciento, esto con relación al mismo periodo del año pasado.
Los cual indica que mejoraron las finanzas del país y, si así es, por qué no llevar a la mesa de discusión el tema del salario mínimo, con propuestas reales y no con excusas, no bajo la argumentación de que la inflación se dispararía con el aumento al salario y por tanto caería más el poder adquisitivo de los mexicanos.
Muchos no dan crédito a las declaraciones de Agustín Carstens, gobernador del Banco de México, y otros políticos; especialistas en economía explican de forma sencilla que al haber incremento del salario se tendrá la posibilidad de adquirir mayores bienes de consumo, y –siguiendo las reglas básicas de las ciencias económicas- al haber más consumo, se incrementa la producción y, por tanto, disminuyen los precios, o al menos se mantienen estables. A mayor demanda, mayor oferta y menores precios, en resumen.
Pero bueno, aunque allá aumentado el PIB, tampoco quiere decir que vayamos por buen camino, como muchos saldrán a decir, seguramente, pues a finales del mes pasado el INEGI también dio a conocer que en 2012, 25 por ciento del PIB proviene de la economía informal.
Hasta este año se tenían registrados 29 millones 310 mil personas en México que se desempeñaron en la economía informal, en todas sus modalidades, desde quienes laboran en pequeños talleres, micronegocios, comercio ambulante hasta el servicio doméstico, albañilería o plomería.
«Uno de cada cuatro pesos del Producto Interno Bruto, del valor agregado se generan en la economía informal, es decir el 25%», señaló Eduardo Sojo, presidente del INEGI, cifra que deja ver el peso tan importante que tiene este sector en la economía.
Los especialistas que elaboraron la medición de la Economía informal 2003-2012, por vez primera, explicaron que la economía formal genera 15 mil 106 miles de millones de pesos, mientras que la economía informal genera 3 mil 778 miles de millones de pesos.
Además destacaron que se observó que las personas que se desempeñan en la informalidad son más resistentes a las crisis económicas como la que se enfrentó en 2008-2009, se debe –según indicaron- a la flexibilidad, pues se adaptan aceptando menores salarios y menores ingresos.
Sojo detalló que en 2008, la productividad del sector formal de la economía cayó, sin embargo la productividad del sector informal bajó hasta 2009, lo que refleja que los informales se dan cuenta antes de cómo viene la crisis, se adaptan y en 2009 subieron su productividad.
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