Si bien en el aspecto de las candidaturas a diputaciones locales, presidencias municipales y, por supuesto para la presidencia de la República, el Partido revolucionario Institucional en el Estado de México ha integrado fórmulas que en la mayoría de las veces siempre han sido exitosas y le han redituado triunfos muy importantes, no se puede decir lo mismo en el aspecto de sus abanderados al senado de la república. En los últimos doce años, el tricolor no ha salido victorioso en los comicios para senadores y los escaños que ha conseguido, han sido por la vía del reparto plurinominal, es decir dependiendo del porcentaje de votos obtenido.
Y sobre todo para las presentes votaciones presidenciales del primero de julio, es condición fundamental para el tricolor mexiquense que sus candidatos ganen en las dos cámaras legislativas, habida cuenta de que, como se ven las encuestas, será una votación muy reñida, en donde el candidato Enrique Peña Nieto, de ganar los comicios, necesitará de la mayoría de legisladores en el Congreso de la Unión para sacar adelante las iniciativas que respalden sus propuestas de gobierno. Para la Cámara de Diputados, tal parece que no habrá problemas para lograr el mayor número de escaños, pero no es el caso para el senado.
No hay que olvidar que la Cámara de Senadores no se limita de manera exclusiva a la aprobación de leyes, sino que es la que da el voto de calidad sobre iniciativas especialmente importantes que emite la Cámara de Diputados, es decir tiene la última palabra para que una ley salga a la luz. Por ello, los legisladores que la integren deben tener una experiencia probada en materia parlamentaria, así como una trayectoria muy sólida como representantes populares.
En este sentido, las abanderadas del PRI mexiquense al senado, Ana Lilia Herrera Anzaldo y María Elena Barrera Tapia, tienen una responsabilidad tremenda para romper esa condición de hace doce años donde el tricolor no gana escaños en el senado vía el coto directo. Desde luego que será fundamental para conseguir esa meta su gran capacidad política que han demostrado en los diversos puestos que han tenido en la administración pública estatal. Coincidentemente ambas destacadas mujeres mexiquenses salieron de estar al frente de presidencias municipales, Herrera Anzaldo en Metepec y Barrera Tapia en la capital del Estado.
Sin embargo, de ganar los votos necesarios para alzarse con la victoria electoral en julio próximo y conseguir el ansiado escaño en la Cámara Alta, enfrentarán una competencia muy cerrada por parte de legisladores de los otros partidos que llegarán en bloque para oponerse a las propuestas presidenciales y no dejar pasar nada de las iniciativas enviadas por el Ejecutivo. Es decir, que tanto la ex presidenta de Toluca como la ex presidenta de Metepec requerirán de sacar la casta de políticas hechas en el fragor de las batallas que han sorteado en la entidad.
Su preparación académica y, sobre todo, la entrega que han demostrado en las encomiendas que su partido les ha dado, serán su fortaleza para no fallarle a su gran amigo Enrique Peña Nieto.