Mucho de que hablar de política en estos primeros días de campañas políticas estimados lectores, y es que como cada tres años se ve el brincar de los chapulines de partido en partido político, ya no es nada nuevo, cada quien busca sus posiciones e intereses personales.
Por ejemplo en Tlalnepantla la Tierra de Enmedio, primero panistas se adhirieron a la campaña de Rubén Mendoza Ayala, participando ahora por las izquierda, y también panistas mostraron su apoyo a Pablo Basáñez por el PRI, en Nicolás Romero priístas se van con el PAN, y en otros municipios se divide el PRD por los candidatos de Nueva Alianza y del PT, como sucedió en Tultitlán, al igual que hasta un líder obrero del PAN se va con Pablo Bedolla al PRI, pero estás prácticas no son nuevas, estos chapulines de la política lo hacen cada tres años cuando ven que sus ambiciones en sus partidos no se les van a cumplir, y se olvidan de principios y doctrinas políticas, así son ellos y no cambian nunca.
Ahora la nueva modalidad de campañas que está realizando el candidato del PRI a la alcaldía de Tlalnepantla ha cambiado, ya no son mítines, sino que asiste a las comunidades y se realizan rifas de electrodomésticos y hasta una pantalla de 43 pulgadas, para así ganarse el voto de las mujeres, y como dato esta semana que terminó asistió a San Andrés en donde por lo menos reunió a cerca de mil personas, pero no pudo hacer lo mismo en Valle Dorado ya que la ausencia fue notoria.
Y es que hay que recordarle a Pablo Basáñez que lo sucedido en el inicio del gobierno de Arturo Ugalde cuando se inundaron lejos de apoyar a sus vecinos, el apoyo se le dio a él como diputado, y ahora la factura sin duda, se la cobrarán al menos en donde tiene su domicilio particular, que no se olvide el candidato que la gente tiene memoria, y no olvida.
En Tepotzotlán la oposición sacó a relucir datos del actual candidato por la alianza PRI-PVEM-Panal a la presidencia municipal Juan José Mendoza Zuppa de quien dicen que siendo Secretario del Ayuntamiento firmaba como Ingeniero, pero que actualmente dicen que no tiene título alguno, entonces le piden aclare su situación profesional, que claro en nada perjudica su campaña, pero al menos un dolor de cabeza si lo tendrá.
La guerra sucia de cada tres años no se puede evitar, es el poder por el poder, si no que le pregunten a Arturo Ugalde en Tlalnepantla, en donde con el afán de heredar una diputación federal a su hija hace hasta lo inevitable, incluso seguir con las prácticas de que los empleados del Ayuntamiento en “sus ratos libres” anden en campaña, claro, pagados por la administración para que no se diga que son “aviadores”, pero ciertamente con el pago de los impuestos de los tlalnepantlenses.
Hay que preguntarle a López Obrador si está de acuerdo en la relación entre su hija y la de Santiago Creel, pero más, porque de la misma familia Creel andan pidiendo millones de dólares a su nombre, no lo cree.