Luis Zamora Calzada

La Corrupción Desde Una Postura Papal

En el Sindicato Unificado de Maestros y Académicos del Estado de México (SUMAEM) nos oponemos a que se violenten los derechos de terceros, de estudiantes, de maestros, de ciudadanos en estado de indefensión; cuando las actuaciones de los administradores de cualquiera de los niveles de gobierno no respetan lo que les establece la ley y de los casos que tenemos conocimiento, se han trasformado en nuestras armas de lucha.

En este sentido, por ejemplo el derecho de las niñas y los niños a la educación es un mandato constitucional, de ahí que reprochamos a la autoridad educativa que los dejen sin clases de manera injustificada, la educación está por encima de la política, por ello son incomprensibles muchas actuaciones gubernativas en perjuicio de los alumnos.

Como parte del ejercicio de la libertad sindical conquistada desde la ley y de su contribución al fortalecimiento de una cultura de la transparencia desde la educación pública, nos propusimos desde un inicio, luchar por la rendición de cuentas en el ámbito educativo para atacar la corrupción, la opacidad y la impunidad con el pleno respeto a la ley y a todos los derechos humanos.

La corrupción es hoy por hoy la perdición de México, entre sus efectos y una de sus más dolidas víctimas, lo conforman los millones de mexicanos en la miseria y son el producto de administraciones gubernativas diversas, ilustra lo anterior lo siguiente:

“Algunos administradores públicos, algunos administradores del gobierno, tienen una actitud del camino más breve, más cómodo para ganarse la vida.

Quien lleva a casa dinero ganado con la corrupción da de comer a sus hijos pan sucio.

Ellos también están hambrientos, ¡hambrientos de dignidad… Esta pobre gente que ha perdido la dignidad en la práctica de la mordida solamente lleva en sí, no el dinero que ha ganado, sino la falta de dignidad.

Y sus hijos, quizás educados en colegios costosos, quizás crecidos en ambientes cultos, habían recibido de su papá, como comida, porquería, porque su papá llevando pan sucio a la casa, ¡había perdido la dignidad! Esto es un pecado grave.

“¿Y quién paga la corrupción? La corrupción política y económica la pagan, dice el Papa, ““los hospitales sin medicinas, los enfermos que no tienen cuidados, los niños sin educación, los jóvenes sin empleo, los ancianos sin cuidados, las madres solteras; en suma, los pobres””. Palabras del Papa Francisco, tomados del artículo la corrupción como pecado, de Bernardo Barranco, de la revista Proceso, 7 de febrero de 2016.

Las citas son ilustrativas por sí mismas, por lo que es innecesario ahondar en sus significados, pero si es viable preguntar ¿qué niveles de corrupción detectamos en algunos administradores del gobierno estatal?, y en qué casos concretos.

En este contexto y desde el Sindicato Unificado de Maestros y Académicos del Estado de México (SUMAEM), le preguntamos a la administración del gobernador Eruviel Ávila Villegas, ¿por qué nos roban las cuotas sindicales que por decisión de cada trabajador afiliado, decidió aportar a esta organización gremial?, ¿qué interés tienen al retenerlas ilegalmente?, la actuación ilegal de sus funcionarios en este asunto, desde nuestra óptica manchan su administración gubernativa.