Podría decirse que la corrupción es el mal que ha causado los otros males que padece México; la corrupción ha llevado a la impunidad, ha permitido el crecimiento de la delincuencia organizada y su violencia; por corrupción por años se ha permitido la circulación altamente contaminantes, la operación de industrias que no cumplen con los estándares ambientales, que operen tiraderos de basura que no acatan las normas, por corrupción (aunado a lo destructivo que hemos sido con la naturaleza) respiramos un aire tóxico.
Y la lista podría ser enorme, pues la corrupción está enquistada en nuestra sociedad, en el servicio público y en los altos niveles de la política, y mientras esto no se detenga, mientras no haya una verdadera lucha para combatirla, México seguirá estancado, las desigualdades sociales se enraizarán más, los ricos serán más ricos y los pobres más pobres.
En el Estado de México es muy común que se presuman las buenas cifras, pero cuando se trata de lo malo ni se habla, lo cual está mal, pues para poder corregir el rumbo, lo primero que se debe hacer es aceptar el problema, para posteriormente detectar su origen, donde permea y así poder actuar para ofrecer soluciones.
Y es que la entidad mexiquense ocupa el primer lugar en corrupción de acuerdo con la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental (ENCIG) 2015, que dio a conocer el INEGI; las mayores quejas se encuentran en el renglón de seguridad y procuración de justicia.
El documento revela que por cada 100 mil habitantes en el Estado de México, 12 mil 278 son víctimas de algún acto de corrupción.
La tasa se ubica ligeramente abajo del promedio en el país, ya que de acuerdo con la ENCIG, se estima que a nivel nacional, la tasa de población que tuvo contacto con algún servidor público y tuvo alguna experiencia de corrupción fue de 12 mil 590 por cada 100 mil habitantes.
En tanto, la tasa de prevalencia de corrupción según el documento dado a conocer por el INEGI, en el Estado de México fue de 62 mil 160 por cada 100 mil habitantes en el 2015, cuando el promedio nacional es de 30 mil 097.
A partir de la ENCIG se estima que a nivel nacional, el trámite, pago, solicitud de servicio público o contacto con alguna autoridad con mayor porcentaje de experiencias de corrupción fue el contacto con autoridades de seguridad pública, con un 55.2 por ciento, seguido de los trámites ante el Ministerio Público, con un 23.7 por ciento.
El gobierno del Estado de México en diferentes ocasiones, a través de sus funcionarios, ha mencionado que se está combatiendo la corrupción a través de diversos programas, sin embargo, no es claro que no están dando resultado, así que debe de haber una reorientación de sus políticas para poder avanzar.
En el caso de los gobiernos municipales, entre las principales acciones de las nuevas administraciones van dirigidas a combatir la corrupción, o al menos eso dicen, ya veremos el siguiente año.
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