Estados Unidos no sólo es un país del llamado primer mundo, es la potencia más importante a nivel mundial en materia económica y armamentista, lo que se traduce en su población tenga un mejor nivel económico, de vivienda, educativo, entre otros beneficios que carece la gente de las naciones tercermundistas, como la nuestra, por lo que muchos de sus habitantes migra a la Unión Americana, de manera ilegal porque su frontera está blindada, en busca de oportunidad de trabajo que les permita ofrecer a sus familias, las que se quedan en sus lugares de origen, una mejor calidad de vida, cubriendo las necesidades básicas y si se puede un poco más.
Estas personas son las limpian las casas de los norteamericanos, reparan sus autos, podan sus jardines y más allá de eso, han contribuido a construir esta nación, a que mantenga su poderío.
Pese a esto, el pasado 8 de noviembre, en su mayoría, la ciudadanía nativa de los Estados Unidos, así como latinos y de otras nacionalidades, decidieron darle su voto a Donald Trump, ahora presidente electo de los Estados Unidos, y aún no nos explicamos por qué.
Siendo una sociedad mucho más educada, un país, en el discurso, promotor de los derechos humanos, ¡¿por qué votar por un personaje que se ha mostrado inculto, poco preparado, misógino, racista, incitador a la violencia…?!
Sabemos en la Unión America hay mucho racismo hacia otras culturas, en especial contra los negros y los latinos, incluidos los mexicanos, lo cual nos parece que no es motivo suficiente para votar por Trump; lo que también está claro es que hay un descontento en contra de la clase política, tan es así, que mucha gente no votó ni por Trump ni por Hilary Clinton, votaron por el tercer candidato, lo que afectó totalmente a la candidata del Partido Demócrata.
En este sentido, ambos partidos deben de replantear su actuar, pues ni siquiera muchos del Partido Republicano están contentos con el triunfo de Trump, pues al parecer se avecina un periodo de oscurantismo para EU, mucho retroceso por sus pensamientos conservadores, lo cual afecta por un lado a los migrantes ilegales, pero también a nuestro país por depender mucho de este país, pues primero que nada, es el principal socio comercial de México, y segundo, y creo mucho más importante, muchas familias dependen de las remesas, recursos de los cuales también se sostiene el país.
De ahí que la bolsa mexicana, como muchas del mundo, se cayeran con el triunfo de Donald Trump, y bueno que decir del peso mexicano, incluso se anticipa que el costo del dólar podría llegar a los 23 y hasta 24 pesos.
El gobierno mexicano ha dicho que se encuentra fuerte, pues han guardado las reservas, y que tomarán las medidas necesarias para hacer frente a la crisis; sin embargo, no sólo se necesita de esto, se necesita que México y que América Latina despierte de su letargo social, que reavive la lucha por la exigencia de los derechos humanos en nuestros países y para los connacionales que viven en Estados Unidos, pues sí, hay muchos delincuentes, pero la mayoría de los latinos se parten el lomo trabajando en ese país; sí, somos de diferente raza, pero todos somos seres humanos.
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