Desde hace 25 años para Estados Unidos construir un muro en la frontera con México es una solución para frenar el paso ilegal de migrantes, en ese tiempo esta construcción no ha podido ser posible principalmente por la falta de recursos, mismo problema con el seguramente se topará el mediático Donald Trump, quien insiste en que los mexicanos debemos pagar por la edificación de ese muro que significa racismo, maltrato, soberbia, además que violenta la libertad de tránsito.
A lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos hay varias barreras construidas para inhibir el paso, sin embargo, ninguna ha inhibido a esos mexicanos y centroamericanos que han decido ir a la Unión Americana, lo que esas barreras han provocado es más muertes, pero no han frenado el flujo migratorio, de acuerdo a especialistas en el tema.
Para construir el muro, Trump necesita entre 12 mil y 15 mil millones de dólares, que seguramente el Congreso estadounidense no le podría aprobar, por eso es que está buscando a toda costa que México se haga cargo, incluso ya se habló de un incremento en 20 por ciento en el impuesto a las exportaciones provenientes de nuestro país.
Pese a todo esto, el gobierno mexicano, aunque ya dijo que no pagará nada, está asumiendo una actitud muy blandengue, sobre todo cuando el presidente Enrique Peña Nieto habló por teléfono, por una hora, con Trump, en donde acordaron no hablar, por ahora, en público del muro.
Parece que Trump tiene agarrado al gobierno mexicano por el cuello, pues aunque digan todo lo contrario el presidente de la Unión Americana está marcando el rumbo y él fue el que canceló el encuentro de Peña Nieto y no al revés.
El gobierno mexicano cree que es suficiente con decir que el muro no lo pagaremos, pues se equivoca, los mexicanos estamos esperando, desde que inició su mandato, a que toma decisiones para fortalecer al país y alternativas a la rota solución con Estados Unidos.
Qué espera el gobierno mexicano para fortalecer a las empresas mexicanas y evitar la fuga de las extranjeras, no sólo las de Estados Unidos; qué espera para ignorar al mediático de Trump y mirar hacia otras naciones, qué no a eso fue a China, a Medio Oriente y otros países.
Es momento de que protejan al migrante mexicano, al que vive en Estados Unidos, pero también a los que migran de un estado a otro, en nuestro propio país, en busca de empleos; es momento de defender a los trabajadores mexicanos, ajustar los salarios, las prestaciones, etcétera.
Trump es un enemigo de nuestro país, pero también México tiene adentro enemigos disfrazados de funcionarios públicos.