*Subrayó el militante del PPS, Héctor Marín Rebollo, quien criticó a las “fuerzas” que se auto nombran de izquierda, como es el caso del PRD
Ante la consumación de la contrarreforma laboral, impulsada por los gobiernos salientes y entrante, con la mirada ciega de las fuerzas que se dicen de izquierda, como es el caso de los diputados federales y senadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD) no queda de otra que la lucha de la clase obrera organizada manifestó Héctor Marín Rebollo, militante del Partido Popular Socialista (PPS).
Durante la conmemoración del 102 aniversario de la Revolución Mexicana, en las instalaciones del PPS, con sede en Toluca, Marín Rebollo dio una amplia explicación de la gesta heroica de 1910, que culminó en 1917 con la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en la que el ala progresista del Constituyente logró importantes leyes como el artículo 123 relacionado con lo laboral, el artículo 27 que tiene que ver con las propiedades de la nación y de la tierra, entre otros.
El intelectual subrayó que Venustiano Carranza no hizo ninguna aportación legal a la Constitución de 1917, toda vez que se fusiló la Constitución de 1824, a la que le hizo algunas adecuaciones para presentarla al Constituyente, “ese señor no tenía formación, mucho menos se identificaba con las causas de los pobres, pues en un tiempo fue del equipo del dictador Porfirio Díaz Mori. Tan es así, que prohibió la participación de gente en el Congreso de la Unión que no comulgara con su política. “Afortunadamente, entre los diputados selectos por Venustiano Carranza, había varios que si estaban preparados; eran ilustrados, libres pensadores, a ellos les debemos leyes a favor de los sectores sociales”.
Y refiriéndose más al Artículo 123, destacó la incorporación al mismo del derecho de huelga como arma para defender el salario y las condiciones de trabajo, la contratación colectiva para luchar por los derechos conquistados y mantener la integridad de su organización sindical y el derecho de organizarse en sindicatos con autonomía respecto a los patrones y el gobierno.
Habló además del contrato colectivo de trabajo, los contratos ley, la jornada de ocho horas, la asociación y afiliación sindical, los días de descanso obligatorio, el pago del séptimo día, las vacaciones pagadas, la prima vacacional, la prima de antigüedad, los derechos laborales por maternidad, el reparto de utilidades, el finiquito, la jubilación y/o la pensión, todo lo relativo a las enfermedades y los riesgos laborales, los servicios medico asistenciales; la capacitación para el trabajo, la seguridad en el empleo, la autonomía sindical, los salarios caídos en caso de huelga o despido injustificado, así como la procuración y administración de justicia laboral, el derecho a la vivienda con el INFONAVIT y con el FOVISSSTE “que hoy están apunto de desaparecer debido a la alianza de los patrones con el PAN y con el PRI”.
Añadió que la lucha de los trabajadores obreros dio como resultado el que también fuesen beneficiados los trabajadores del Estado, a quienes el gobierno originalmente no los reconocía e inclusive les creó un apartado especial en la ley: el apartado B, “como si fuesen trabajadores de segunda”.
Enseguida alertó en el sentido de que el modelo porfirista es retomado por unos cuantos dueños del capital, para seguir teniendo poder y riqueza, ya que en la actualidad se quedan con 81 centavos de cada peso, y a los trabajadores solo les pagan 18 centavos de cada peso generado con la fuerza de trabajo. Sobre este punto subrayó “se prevé que para el año 2020, los ricos se queden con 88 centavos de cada peso, y la clase proletaria solamente recibirá por su fuerza de labor dos centavos por cada peso”.
De igual manera, enfatizó que con la nueva ley laboral, que es en si una contrarreforma laboral, la clase trabajadora perderá esos derechos para satisfacer los caprichos del Consejo Coordinador Empresarial. Que los gobiernos “sumisos y mediocres”, desde Miguel de la Madrid hasta el de Calderón, fueron incapaces de aplicar una política económica propia.
Resaltó que durante el gobierno del presidente Luis Echeverría Álvarez, de cada peso, 30 centavos le correspondían al trabajador, el resto al capital. “Y se prevé para el año 2020 que los ricos se queden con 88 centavos de cada peso, y la clase proletaria solamente recibirá por su fuerza de labor dos centavos por cada peso, bajándoles el sueldo, aumentando los años de trabajo, eliminando las prestaciones ya citadas.
“Lo que no debe sorprender la actitud de los ingenuos diputados del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y de otras formaciones políticas que se autopostulan de izquierda, que cayeron en la “´alianza´” con los que no son ingenuos del PAN. Los engañaron y los traicionaron como siempre. Los perredistas están más preocupados por cuestiones secundarias que por lo esencial. Pusieron más énfasis en la llamada transparencia sindical y rendición de cuentas, (que en todo caso deben resolver los trabajadores cuando ellos quieran y las condiciones estén maduras), que en las cuestiones de fondo”, recalcó Marín Rebollo.
Y vaticinó por esa política “entreguista” depredación, hambre, pobreza, angustia; que también provocará la comprensión.” De allí a la organización, para la lucha sólo hay un paso. La organización y la lucha de los trabajadores es una necesidad de nuestra clase. Esta es una batalla que comienza apenas. Tendrá muchas páginas notables”.