El próximo de 3 de abril inician de manera formal la campañas a la gubernatura del Estado de México, aunque los candidatos de los distintos partidos ya están dando entrevistas en los diversos medios de comunicación, sin duda exhibiendo su imagen, pues cada minuto es valioso para poder garantizar el triunfo.
Sin embargo, los que se han quedado muy atrás son los del PRD, quienes están enfrascados en sus conflictos internos y en la encuesta realizada este fin de semana para determinar al candidato, la cual fue impugnada por Javier Salinas, que insiste se reponga la elección interna cancelada a propuesta de la dirigente nacional del partido Alejandra Barrales.
Antes de abundar sobre este lodazal perredista, cabe mencionar que de acuerdo al programa electoral, los partidos tienen hasta el 13 de marzo para presentar el informe de las precampañas de sus candidatos.
Al respecto, queriendo ganar terreno y votantes, el PRI se ha anticipado y ha dado a conocer que los datos que presentará ante el Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) estarán muy por debajo del tope de gastos fijado para las precampañas, que asciende a 30 millones de pesos.
También el PRI ya está trabajando con lo que será su campaña, empezando –según algunos priistas- por sincronizar las tareas de la militancia con la estrategia de campaña con la que promoverán al candidato, lo que implica que la cobertura se realizará desde la estructura básica del tricolor, que incluye a los sectores obrero, campesino y popular, hasta con las organizaciones adherentes que operan en cada uno de los municipios.
Mientras que los diputados federales (38) y locales (33) tienen ya la responsabilidad de cubrir las áreas a las que corresponden sus distritos, para posicionar la imagen del PRI.
En todo esto se nota la experiencia en elecciones del PRI, todo lo contrario al PRD, que parecen novatos y no pueden ponerse de acuerdo, siendo Javier Salinas el principal inconforme, pues está muy seguro de Juan Zepeda será el candidato que dirigencia nacional “imponga”, por ello es que esperar a la resolución del recurso que interpuso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) para que se reponga el proceso interno que la dirigente del Sol Azteca, Alejandra Barrales Magdaleno, suspendió el pasado miércoles 1 de marzo.
Mientras tanto no ha participado en las reuniones a las que ha convocado la dirigencia nacional para organizar la encuesta, por lo que tampoco va a movilizar a quienes confían en su proyecto, para que participen en este proceso y, posterior, designación.
Señaló que desconfía de la dirigencia, pues hace dos meses “levantaron una encuesta y nunca nos dieron a conocer los resultados, encuestaron a personas no registradas y fue una vacilada. Hay mucha desconfianza, pues nunca supimos cómo salimos. Voy a esperar a lo que resuelva el tribunal, tengo la confianza en que fallará a mi favor”.
Mientra tanto, Alejandra Barrales sueña y no descarta una alianza entre las izquierdas, incluido Andrés Manuel López Obrador y su Morena, cuya candidata Delfina Gómez está sorprendiendo y en la última encuesta está arriba de Josefina Vázquez Mota, en las preferencias electorales, aunque aún por debajo de Alfredo del Mazo, aunque las fichas del ajedrez se pueden mover.
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