El Estado de México se quedó a un paso de tener un gobierno de alternancia, diferente a los casi 80 años de priismo. Sin embargo, es evidente que el PRI ya no la tiene tan fácil, todavía en las elecciones pasadas sus triunfos tenían un gran margen de diferencia, incluso rebasando el 60 por ciento de las preferencias electorales.
En esta ocasión, Alfredo del Mazo apenas alcanzó el 33 por ciento, en conjunto los partidos de oposición sumaron más votos, alrededor del 62 por ciento; así que los mexiquenses están mirando hacia otros lados y para la siguiente el PRI puede quedar fuera.
Pero además de eso, si los partidos se hubieran sumado, el Revolucionario Institucional hubiera sido desbancado, así que sin duda se tienen que replantear su quehacer político.
Por la cercanía con la Ciudad de México, por ser una de las entidades más importantes del país y la más poblada, el Estado de México es una radiografía de lo que serán las elecciones presidenciales, que en este caso son para 2018, a la vuelta de la esquina.
Reiteramos, el PRI ya sabe que no la tienen nada fácil y que su principal enemigo a vencer es Morena y su Andrés Manuel López Obrador. En esta elección nos dimos cuenta que se puso a trabajar toda la maquinaria para sacar los trapitos al sol de Delfina Gómez, aunque hasta el momento no ha quedado nada comprobado. Lo que sí está muy claro es que en cualquier momento empezará a salir información poco grata en contra del político tabasqueño, y entre si se comprueba o no, entre dimes y diretes, sin duda descalabrarán a AMLO.
El PRI es un partido de muchos años, con mucha experiencia, sabe hacer movimientos e, indudablemente, sabe aprovechar las situaciones para negociar. Es una ventaja que el PAN, con su candidata Josefina Vázquez Mota, se hayan ido hasta la cuarta posición; también es una gran ventaja que Juan Zepeda y el PRD mexiquense se hayan inflado tanto, que incluso ya se rumora que este candidato será el próximo líder nacional del sol azteca, con quien se podría negociar fácilmente, pues si recordamos los rumores, Zepeda y el gobernador Eruviel Ávila son muy cercanos.
Habrá que esperar unos meses para saber que depara al país y también al Estado de México, pues a muchos no les termina de convencer que Alfredo del Mazo sea el gobernador, lo ven como un político gris, sin mucha experiencia y más bien todo lo viene de cuna.
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