El Fracaso De Los Consejos Técnicos Escolares
Inicia el ciclo escolar 2017-2018 y la escuela no tiene cambios, los liderazgos académicos de directivos no se observan en muchos lados, el estancamiento de la educación es un hecho que niegan las autoridades porque ellas lo han propiciado, al imponer planteamientos no funcionales y perjudiciales para las escuelas y el personal docente que labora en tensión permanente, sin espacios de construcción docente, secuestrados por los rimbombantes consejos técnicos escolares, convertidos ahora en reuniones obligatorias que a nada han conducido a la educación pública, al ser sesiones limitadas a una agenda impuesta, sin posibilidades de análisis en diferentes direcciones.
“Todo sigue igual, que diagnóstico ni que nada, la ruta de mejora es incomprensible, palabrejas impuestas para confundir a las escuelas que están extraviadas y siguen a la baja, tantos programas que nos ponen, ahora salen con un programa para la convivencia escolar, aparte de todo lo que tenemos que trabajar, ahora imponen una guía para padres, maestros y alumnos, hay muchos temas, un rubro es de autoestima, como si todo mundo estuviera traumado, acomplejado y en fin una sociedad en descomposición, se pierde el tiempo; los contenidos curriculares quedan al margen, la gran carga administrativa quita tiempo, así no se puede, así no puede avanzar la escuela…” dice entristecida la maestra Margarita, quien asistió a los consejos técnicos escolares del 14 al 17 de agosto de 2017 y es directora de una escuela primaria.
Los consejos técnicos son reuniones de los docentes con sus directores, se desarrollan al inicio del ciclo escolar, más una sesión del último viernes de cada mes con suspensión de clases; inicialmente llamaron la atención, ahora se acartonaron y son fastidiosos para los maestros; hay profesores que aseguran sería suficiente cambiar las fechas del documento de años anteriores y enviar el trabajo concluido, que no se revisa, nunca hay observaciones, tampoco se logra el compromiso real de los docentes en los rasgos de la normalidad mínima, el espacio que debió ser de innovación pedagógica se volvió un muro de lamentos en la gran mayoría de las veces, sin propuestas, sin reflexión, al estar limitado por la Secretaría de Educación Pública Federal a través de su guía de la fase intensiva y las correspondientes de los últimos viernes de cada mes, con actividades repetitivas, sin razón y nulas propuestas de innovación didáctica.
“Son reuniones tediosas que agotan a los maestros, no hay herramientas para guiar a un colectivo, son laboriosas, no hay tiempo para una técnica de integración de los docentes, lamentablemente es un trabajo que no ha dado buenos resultados, muchos menos se pueden observar cambios, los niños leen mal, no entienden los textos, ya no tienen habilidad ni para copiar del pizarrón, nos ganaron las fotocopias, ahora se usan casi para cada tema, sirven para ilustrar, contestar, iluminar, pero no hay mucho para pensar…” asegura el maestro Juan, director de una escuela primaria de comunidad rural.
Desde estas interpretaciones la docencia está a la baja, es la gran ausente en estas reuniones de los consejos técnicos escolares, cuando debió ocupar el primer lugar al ser la materia de trabajo del profesorado, contribuyendo a la falta de una cultura pedagógica que de identidad entre los maestros.
Desde estas posturas, los consejos técnicos no han aportado a la mejora educativa, al no hablar de docencia se omite el análisis de la práctica docente individual y colectiva de las instituciones, eje toral del quehacer escolar y quizá sean temas que no han pasado por la mente de los diseñadores de los multicitados consejos; se dice tampoco han impactado en los resultados, convirtiéndose en una verdadera simulación a la que fue inducida la escuela y es una carga administrativa que mantiene ocupado al personal docente y a los directivos, representando un fracaso más de la política educativa que se ha pretendido imponer sin tomar en cuenta a los maestros.
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