El 28 de octubre del año en curso, en Toluca se llevó a cabo el primero Congreso Estatal del Movimiento Regeneración Nacional (MORENA), donde fue electa la dirigencia estatal, así como la Comisión de Honor y Justicia. En este tenor, se acordó respaldar la idea de que el mismo se convierta en partido político nacional.
A decir del líder moral de dicho movimiento, Andrés Manuel López Obrador, hasta esa fecha ya estaban constituidas 19 dirigencias e igual número de estados del país, y que para el 11 de noviembre ya serían electas la totalidad de dirigencias para cubrir a todo el territorio nacional. Es decir, los 32 estados y el Distrito Federal.
Por lo que hemos venido observando, en torno al proyecto de MORENA se encuentran importantes dirigentes sociales, a los cuales los siguen miles de gentes, como es el caso de Felipe Rodríguez Aguirre, fundador y líder de la Unión Popular “Emiliano Zapata” (UPREZ), el cual al participar en la contienda, perdió pues se trató solamente de la votación de delegados efectivos, no de masas.
Paulatinamente se consolida el proyecto lópezobradorista, de convertir a MORENA en partido político para garantizar candidaturas más democráticas; lo que no lograron emigrantes de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT), y del propio Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Quienes aún creemos en la democracia, esperamos que ese proyecto cuaje, y sobre todo, que las cúpulas respeten verdaderamente a las bases en lo referente a la toma de decisiones, nuestra perla mexicana requiere de un verdadero partido político de izquierda que con dignidad represente y defienda los intereses de todos los sectores sociales. Ojalá el proyecto no se vaya a pervertir con las famosas tribus, acostumbradas a acaparar el poder para unos cuantos, y para beneficiar a los más vivales.