Tlalnepantla / Estado de México
El pasado 30 de septiembre, dolorosamente Tlalnepantla perdió a una gran persona, María Guadalupe Hernández Herrera, mejor conocida como “Lupita”. Extraordinaria mujer, a pesar de su condición física de nacimiento, siempre se esmeró por ser no solo una gran profesionista y servidora pública, sino por ser un gran ser humano, siempre sonriente, logrando sobre salir en diferentes aspectos propios de su materia.
Realizó la Memoria de Desempeño Profesional: TLALNEPANTLA, SU AYER COLONIAL, adquiriendo el Título de Licenciada en Historia, por la ENEP Acatlán (Ahora FES Acatlán).
Estudió la Maestría en Administración Pública por parte del CUDEC.
Su trayectoria en el H. Ayuntamiento de Tlalnepantla de Baz, comenzó debido a una carta dirigida a César Camacho Quiroz, entonces Gobernador del Estado de México, solicitando la oportunidad de ejercer su profesión como historiadora, en el municipio que la vio nacer. El Lic. Camacho, giró instrucciones para otorgarle una plaza en la administración de Arturo Ugalde Meneses, entonces Presidente Municipal de Tlalnepantla de Baz. Iniciando así a formar parte de la nómina, el 1 de julio de 1996, en la Dirección de Educación, Cultura y Bienestar Social, posteriormente en el Departamento de Turismo, donde fungió como Investigadora, Historiadora, Escritora y Difusora del Turismo municipal.
Durante años, la Lic. Lupita Hernández, llevó a cabo recorridos turísticos dirigidos a colonos, estudiantes, turistas nacionales y extranjeros, funcionarios públicos y privados, personas de la tercera edad. Siendo bien identificada por el tranvía.
Lupita dejó un gran legado en la investigación y difusión de la historia del centro de Tlalnepantla, los murales del Palacio Municipal, la Catedral de Tlalnepantla, las pirámides de Tenayuca y Santa Cecilia, entre otros.
Autora del libro “TLALNEPANTLA, SU AYER COLONIAL”, presentado en el Claustro del Ex – Convento de Corpus Christi.
Colaboró con los Textos Originales y contenidos, en la obra: “Para Pasear, Invertir y Trabajar”. Tlalnepantla de Baz.
De igual forma, fue colaboradora en la revista Algarabía cultural. Navidad en Nuestra Ciudad, donde fue publicado el artículo intitulado “Las pastorelas navideñas, una tradición de fin de año”.
Mujer de fe en Dios, brillante, cariñosa, amistosa, solidaria, alegrando el corazón de quienes convivimos con ella. Su motor: su familia. En su momento, siempre agradecida con sus padres ya finados y ahora sus hermanos, sobrinos y amistades que llegó a considerar como parte de su familia.
Fiel seguidora de Punto de Expresión. Honramos tu memoria, eres el gran ejemplo de una mujer valiente y exitosa.
Tu esencia se queda impregnada en la historia de Tlalnepantla y vivirás por siempre en nuestros corazones.
Descansa en Paz Lupita, vuela alto como la grande que eres y nunca dejes de brillar.