Editorial

Editorial.- Despierta el mexiquense bronco en Texcaltitlán

Lamentables los acontecimientos suscitados en el municipio de Texcaltitlán Estado de México, que despierta al mexiquense “bronco” que se encontraba pasivo ante la ausencia de las autoridades de los tres órdenes de gobierno, que no han podido garantizar la seguridad que la población reclama desde hace años y ante este vacío están orillando a la sociedad a hacerse justicia por su propia mano.

En el sur de la entidad mexiquense, es muy común desde hace mucho tiempo que integrantes identificados con grupos criminales, se dediquen a la extorsión de diferentes actividades laborales, quienes imponen cuotas a su libre albedrío con el único objetivo de dejarlos trabajar y el cinismo “bridarles” la protección que las autoridades no han podido otorgar.

Transportistas, campesinos, polleros, albañiles, taxistas, comerciantes, hoteleros, lancheros y demás prestadores de servicios públicos, integran una abultada lista que mes con mes tienen que pagar una cuota que personal de estos grupos delictivos imponen y cobran para dejarlos laborar, de lo contrario les imponen una serie de obstáculos e incluso matan a sus mas allegados ante la indiferencia.

El sur del estado se encuentra indefenso, en la zozobra e incertidumbre ante una autoridad que hace oídos sordos a los reclamos de la sociedad que está casada de trabajar para pagar un “impuesto” disfrazado” a grupos que se dicen brindarán la seguridad que los funcionarios no lo hacen.

En la entidad mexiquense, vemos como a diario las autoridades estatales emiten información -desde hace casi tres meses-, donde informan que los índices delictivos en sus diferentes modalidades van a la baja, datos erróneos y que distan mucho de la realidad, que se deja ver que los realizan atrás de un escritorio y esa cercanía que dicen tener con la sociedad no se ve reflejada, para muestra los hechos lamentables del municipio de Texcaltitlán.

El hartazgo llegó a la población y como las autoridades de los tres órdenes de gobierno son omisas e indiferentes a brindar esa seguridad que por ley se merecen, han tomado la determinación de ser ellos mismos quienes garanticen esa seguridad y protección que tanto reclaman. No dudamos que en breve se conformar las llamadas autodefensas que harán el trabajo que las autoridades no pueden.

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