La cancelación del concierto Hell & Heaven Metal Fest 2014, que se realizaría los días 15 y 16 de marzo en el municipio de Texcoco, ha causado un gran disgusto entre diversos sectores de la población, quienes aseguran que el gobierno estatal atenta contra la libertad de expresión y cuestionan los argumentos de inseguridad que el mismo gobierno da.
El gobernador Eruviel Ávila, a lo largo de la semana pasada, reiteradamente informó que se carece de las de las medidas de protección civil necesarias para la realización de este tipo de actos y con las que se garantiza la seguridad e integridad física de los asistentes, quedando cancelado el evento, al parecer, sin posibilidades de negociaciones.
Las palabras del gobernador fueron: “Primeramente, quiero decirles que es mi deber proteger a la ciudadanía, yo no voy a arriesgar a quienes eventualmente pudieran asistir a este concierto, es mi deber cuidar su integridad y velar por su protección, así es que ya hemos notificado a la autoridad municipal, hemos notificado a los organizadores de la suspensión de este evento. No podemos poner en riesgo a la gente, a mí, les confieso, me gusta la música, me gusta el rock, me gusta Guns N´Roses: I used to love her, November Rain; Kiss: Charisma, por ejemplo; a mis hijos les gusta la música, los conciertos, pero como padre de familia, yo no voy a exponer a mis hijos y a la gente que eventualmente pudiese ir”.
Para suspender el evento, el mandatario acudió a las autoridades federales a fin de actuar en los términos administrativos, fiscales y penales que sean procedentes ante el incumplimiento de estas medidas, lo que finalmente llevó a la Secretaría de Gobernación a suspender el evento.
Ávila Villegas manifestó también su temor de que se repitan sucesos como el Love Parade, en Alemania, realizado en 2010, donde hubo más de 20 muertos y 900 heridos.
Arturo Vilchis Esquivel, director general de Protección Civil del Estado de México, indicó que los organizadores incumplieron los procedimientos necesarios para la realización de este acto.
Por su parte, Juan Carlos Guerrero, fundador del festival Hell Heaven, espera que el gobierno actúe con apertura, pues las pérdidas económicas ascenderían a 5 millones de dólares, tan sólo para el municipio se calculaba una derrama de 150 a 200 millones de pesos.
Entre que son peras y manzanas, esperemos que a los gobiernos no se le haga costumbre cancelar este tipo de eventos, como en los años 70 y principios 80, cuando los grupos de rock y los gustosos del género eran satanizados y relegados a los clandestinos e ilegales hoyos funcky.
Y bueno que cualquier evento de esta magnitud, sin importar el género, no sea condenado al destierro; que Protección Civil sea claro en sus peticiones para garantizar la seguridad y los empresarios las cumplan y no sólo se dejen llevar por el lucro.