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Articulo.- Contaminación

Desde el momento en que se dispararon los niveles de contaminación en el Valle de México, Ecatepec casi siempre ha aparecido como el municipio más contaminado de esta zona que incluye a la Ciudad de México.

Esto se puede explicar a que es el municipio más poblado de México, cuyos ciudadanos se trasladan a diario a la capital del país a trabajar; además cuenta con una gran actividad industrial y de transporte.

A pesar de esto, no vale justificación alguna a los altos índices de contaminación, más cuando no se actuando con programas eficaces que favorezcan al medio ambiente, esto a nivel estatal y municipal.

Por décadas, los diferentes gobiernos han permitido un desordenado crecimiento urbano permitiendo la deforestación e invasión de pulmones verdes, como es el caso de la Sierra de Guadalupe y Cerro Gordo.

Además cualquiera que transite por Ecatepec se puede percatar de que es un municipio poco arbolado, incluso se siente árido, sucio y descuidado.

Ojalá las autoridades tomaran cartas en el asunto y atreverse a ir más allá del hoy no circula.

Otro problema es el transporte público, los vehículos de carga y también los del servicio público, lo cual no sólo aqueja a Ecatepec, sino a la mayoría del Estado de México y a todas las delegaciones de la Ciudad de México.

Y es que muchas de las unidades están muy deterioradas, no se les da servicio y, en consecuencia, emiten mucha contaminación.

En las redes sociales circulan muchos videos que denuncian esta situación, exhiben a estos vehículos y sus toneladas de humo negro de dispersan en nuestro aire.

Pese a ello, insistimos, las autoridades no hacen nada al respecto, pues a los dueños de estos no se les obliga a tener en buen estado sus unidades, no se les obliga a realizar verificaciones dos veces al año y mucho menos a dejar de circular, y quizá esto último ni siquiera sería la solución, pues en el caso del transporte público, que de por sí ya es insuficiente e ineficiente, si dejara de circular complicaría las cosas.

Pero las autoridades sí podrían obligarlos cumplir con las normas ambientales y de paso a mejorar su servicio, pues muchas veces los del transporte público son los que ocasionan el tráfico, al detenerse en sitios que no deben o en doble y hasta triple fila, ir a paso de tortuga por ganar más pasaje o, al contrario, ir a toda velocidad provocando accidentes, como el reciente en la autopista México-Pachuca.

Cabe mencionar que en el Estado de México circulan al menos 103 mil taxis y 62 mil camiones de transporte público, que cuentan una concesión para poder circular a diario en el Estado de México, pero a estos se suman otros taxistas y transportistas públicos que circulan en la ilegalidad, ya que no cuentan con placas y/o permisos que los acrediten como dueños de una concesión.

La Secretaría de Movilidad del Estado de México tiene datos que 62 mil camiones que circulan en el territorio mexiquense, más de 90 por ciento funciona con diésel, y un porcentaje muy reducido emplea gas en sus procesos de combustión.

El titular de la dependencia, Isidro Pastor, ha reconocido que “no tenemos una cultura medioambientalista en el transporte”, y para él se debe ir construyendo poco a poco, pero en serio será poco a poco.

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