El gobierno de Eruviel Ávila Villegas le ha dado continuidad al trabajo de infraestructura que inició Enrique Peña Nieto como gobernador del Estado de México, invirtiendo en la creación de nuevas vialidades, distribuidores y carreteras, para mejorar el flujo vehicular, pero principalmente para atraer la inversión.
Sin embargo, hay algunos caminos que no han sido tomados en cuenta y que llevan a importantes destinos turísticos, como es el caso de las Pirámides de Teotihuacán y el Nevado de Toluca.
En el caso del primer destino, visitantes que vienen de los estados de Puebla, Tlaxcala e Hidalgo, quienes llegan por el Arco Norte, se encuentra con una desviación hacia San Martín de las Pirámides llena de baches, y ya entrando al municipio el camino es más sinuoso y sin señalamientos.
Pero la cosa se complica, cuando hablamos del camino al volcán. La carretera es impecable hasta llegar a la desviación Sultepec-Nevado de Toluca, donde inicia un camino de terracería que parece interminable, para quienes llegan en su lujosas camionetas o para quienes realizan deportes extremos en moto, puede no resultar incómodo, pero para el resto de la población es toda una travesía que no desea repetir.
Estas condiciones se suman a la falta de servicios en la zona y más aún de seguridad, pues en el recorrido no se ven elementos policiacos o personal que auxilie a los visitantes, únicamente se encuentra la persona que cobra el ingreso al ex parque nacional.
Desconocemos si estas condiciones siempre han sido así, o comenzaron desde el pasado primero de octubre, cuando el presidente de la República, le quitó al Nevado de Toluca el rango de parque nacional, establecido durante el gobierno de Lázaro Cárdenas.
Luego de este nuevo decreto, se señaló que Peña Nieto buscaba abrir a la inversión privada este espacio, pero en tales condiciones pasarán muchos años para que alguien ponga los ojos en este hermoso lugar.
Aunque quizá lo correcto es que el gobierno, este y los anteriores, hubieran invertido en este lugar para darle más proyección y sacarle el mayor provecho a favor de la entidad y del municipio de Zinacantepec, en donde se ubica el volcán, claro sin perjudicar la flora y la fauna, pues la iniciativa privada casi siempre antepone sus intereses económicos a la protección ambiental.
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