*Manifestó el asesor de productores del grano del Estado de México, Jesús de la Cruz Martínez
*Destacó que con el TLC, se ha logrado descapitalizar paulatinamente a los productores mexicanos
*Y que logrando la meta propuesta, se comenzará a dar un trato digno al producto trabajado por el campesinado
Desde la capital del Estado de México, Toluca, la Unión de Productores de Maíz del Norte del Estado de México ha iniciado la lucha por que a nivel internacional se reconozca al maíz mexicano como patrimonio de la humanidad, pues la finalidad es no solo que este grano sea respetado sino que al campesinado que lo produce se le garanticen precios por la venta.
Jesús de la Cruz Martínez, asesor jurídico de mencionada organización dio a conocer a este medio de comunicación, que acudirían a todos los grupos parlamentarios que confluyen en la LVIII legislatura local a efecto de solicitar el apoyo, para que al interior de la asamblea legislativa surja un pronunciamiento en el sentido de que al maíz se le reconozca como patrimonio de la humanidad.
Añadió que es necesario lograr ese reconocimiento, ya que ello implica absoluto respeto al grano que aportaron las culturas originarias de la perla mexicana al mundo, pues fueron las mismas quienes cuando al volverse sedentarias, lograron un excelente maíz al realizar experimentos con diversos granos, al tiempo de lamentar que con el Tratado del Libre Comercio (TLC) a nuestras especies de maíz se les esté afectando, no solamente compitiendo con maíz transgénico sino también contaminando con químicos para hacernos dependientes del extranjero; principalmente de los Estados Unidos de Norteamérica.
En ese sentido, hizo una remembranza en el sentido de que el otrora presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari negoció en el marco del TLC la quiebra total de los productores de maíz mexicano, pues los términos de ese tratado fueron demasiado ventajosos, amén de que en nuestra nación los campesinos no reciben los apoyos que recibe en los granjeros norteamericanos, lo que desde el punto de vista legal, constituye un delito, “pero así es”.
De la Cruz Martínez enfatizó que en el vecino país del norte, el gobierno de allá, destina 67 mil millones de dólares para subsidiar a los agricultores de maíz, y por si fuera poco, les brindan asesoría técnica y científica para producir granos que únicamente sirven para engordar animales, o sea, no es apto para consumo humano; sin embargo, por lo barato, los industriales de la tortilla trabajan sus negociaciones con transgénicos.
Que con grandes campañas publicitarias, los estadounidenses han estado logrando descapitalizar a los campesinos mexicanos. Tan es así, que en las últimas fechas el precio de garantía es de siete mil pesos la tonelada, no obstante, por la competencia desleal, a los labriegos los comerciantes solamente les pagan a dos mil 500 pesos la tonelada.
Asimismo, lamentó y criticó fuertemente a las autoridades mexicanas, de corte federal y estatal, toda vez de que desde la época de Carlos Salinas, se quitaron todos los apoyos a los productores mexicanos, como fue el caso de la desaparición de los centros de acopio de la Compañía Nacional para la Subsistencia Popular (CONASUPO), donde a los campesinos se les compraba el maíz a precios más o menos justos, y lo que era la paraestatal se encargaba de comercializar los granos, buscando nichos de mercado.
Referente a los estragos que causa la contaminación de químicos con los cuales empresarios como los del grupo Monsanto, producen maíz transgénico, explico que este consorcio en aras de recuperar los cuatro mil 800 millones de dólares que invirtió en la producción de maíz de pésima calidad, para la mala engorda de animales, ha estado ocasionando contaminación a los excelentes granos mexicanos (son demasiado consistentes y contienen altos grados de vitaminas), ya que se han detectado casos en el norte de nuestro país, y ahora ese grupo pretende trabajar tierras con químicos nocivos en el centro del país, incluyendo al Estado de México.
Derivado de lo anterior, Jesús de la Cruz puntualizó que ha iniciado un movimiento desde la capital del territorio mexiquense, para llamar la atención de organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para que al maíz mexicano se le reconozca como patrimonio de la humanidad, ya que ello permitiría respeto al mismo, y que al campesinado que lo produce se le garanticen precios justos por la venta del grano, “de esta manera se estaría garantizando que se va a elevar la calidad de vida de quienes con tanto sacrificio trabajan para producir alimentos”, acotó.
Inquirido de si no se teme de un país ajeno al nuestro, como el caso de China, exija internacionalmente el reconocimiento del maíz a su favor, De la Cruz contestó: “No, ya que hay documentos históricos de que fueron las razas originarias de nuestra nación quienes comenzaron a sembrar maíz, quienes hicieron esa importante aportación al mundo”.