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Articulo.-En el país persiste la educación y lucha de clases, pues se ha afectado en mucho al sindicalismo

*Perece que viviéramos las mejores épocas de los dictadores de la colonia, de Antonio López de Santana, y de Porfirio Díaz

8En pleno siglo XXI, en nuestro país la educación y lucha de clases continúa a pesar de los avances tecnológicos. Hace poco de dos años y medio,  el gobierno panista extinguió Luz y Fuerza del Centro (LFC), mandando a la calle a 44 mil trabajadores, de los cuales 16 mil se encontraban en lucha con la esperanza de que fuera creada una nueva empresa que les diera trabajo, u en su defecto, que Comisión Federal de Electricidad (CFE) se convirtiera en patrón sustituto; propuesta que magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación declararon inoperante.

Al pasar del tiempo, con el regreso del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a Los Pinos, esta formación política siguió al pie de la letra el proyecto panista de seguir asestando fuertes golpes al sindicalismo mexicano; sin lugar a dudas, respondiendo a intereses de unos cuantos, incluso del Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Institucional (FMI) y hasta la Organización para Cooperación y el Desarrollo (OCDE).

Derivado de lo anterior, la clases política de mayor fuerza: PRI y PAN impulsaron la reforma al artículo 123 Constitucional, y su Ley Reglamentaria para restarle conquistas a los trabajadores, para imponer contratos individuales haciendo a un lado a los sindicatos, para rescindirle el contrato al trabajador vía Internet, y establecer contrataciones por seis meses, con el derecho para el patrón, de seguir renovando este tipo de contratos lo que les garantiza que no haya derechos.

Recientemente, seguros de torcer la ley una vez más, fue creada e impulsada la reforma educativa con el objetivo, según el Estado, de mover a todo México en por el “camino del éxito”. Y como siempre, el gobierno federal en contubernio con diputados federales, senadores y legisladores locales afines, impuso sus reglas, sin consultar a los conocedores del tema: a las y los maestros.

Por ello, hoy día vemos en cada estado, en  las sedes de las distintas secciones del SNTE, la realización de toda una serie de acciones, para dar a conocer a los padres de familia y a la población que los dueños del capital pretenden convertir a las escuela en sus distintos niveles en centros de comercio, creando micro empresas.

Qué decir de los exámenes de evaluación que serán aplicados con estándares que nada tienen que ver con los planes y programas de estudio de la República Mexicana, método con el que se pretenden despidos masivos para afectar aún a quienes por los años de servicio ya se ganaron derechos laborales.

Tal parece que vivimos los tiempos de la colonia, de Antonio López de Santana o de Porfirio Díaz, en que se modificaban o hacían leyes que permitieran la estadía de la dictadura en turno, dándole todo el favor a los ricos, a la clase patronal. Por eso, en pleno siglo XXI, en nuestro país la educación y lucha de clases continúa a pesar de los avances tecnológicos.

Para evitar esos problemas, hay quienes han propuesto que en el país solo haya dos partidos políticos, al estilo estadounidense, para que la ciudadanía en edad de votar, en tiempos electorales, analice  a conciencia de los candidatos a los cargos de elección popular. El estado de partidos ha estado afectando mucho a los habitantes de la perla mexicana, porque además de mantenerlos con los impuestos, dan la espalda a quienes los llevaron al poder, aprovechando la gran confusión, la romería electoral, donde participan muchos partidos políticos, donde el número de candidatos no llega a dominarse, menos aún se llegan a conocer a fondo las propuestas de gobierno. Luego tenemos que sufrir las consecuencias.

 

 

 

 

 

 

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