*Las policías comunitarias no son la salida, toda vez que con el paso del tiempo se pervierten
*El gobierno de Enrique Peña Nieto no encuentra la forma de solucionar el problema
En las últimas fechas, las llamadas policías comunitarias han dado mucho de qué hablar. Quienes viven en carne propia el problema de la delincuencia organizada, de la inseguridad están a favor; quienes no, principalmente los profesionistas y uno que otro ciudadano autodidacta opina que esta figura es ilegal y por ende deben de desaparecer.
Cansados de tanta violencia, los tanto amedrentamiento por parte de grupos delincuenciales que pedían cuotas, pago de plaza por tener algún comercio; que secuestraban, levantaban y/o mataban, en los primeros estados donde aparecieron las policías comunitarias son: Oaxaca, Guerrero y Estado de México.
Y es que al momento, las nuevas autoridades federales que encabeza el presidente Enrique Peña Nieto no han dado resultados para detener tanta violencia desatada en el país. El problema se debe ver de fondo. Necesariamente debe regresar a los hogares la buena relación entre los integrantes de una familia, los padres de familia tienen que inculcar valores morales y éticos a las y los hijos; en las escuelas, el civismo debe ser reconsiderado, su desaparición no fue muy buena idea. Los cultos religiosos se ven obligados hacer a un lado los intereses económicos y de poder para promover en sus feligreses el enriquecimiento espiritual y el temor, en este caso a Dios.
El abandono de los hijos origina tanto en la familia como en el entorno social, anarquía, la adopción de pésimos hábitos que rayan en la violencia, entendida esta por la realización de actos bochornosos como son la falta de respeto a los padres, a los hermanos, a los parientes cercanos o lejanos; la falta de respeto al prójimo, agresión física, secuestro, asesinatos, venta de armas o de todo tipo de drogas.
Fernando Savater, filosofo español en una de sus visitas a nuestro país, por cortesía del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) decía que los seres humanos aprenden las conductas que les enseñan de pequeños; que si papá y mamá trabajan, entonces buscan dónde aprender conductas, lográndolo con amigos o con bandas organizadas.
En ese tenor, en una conferencia masiva organizada para padres de familia por la sección 17 del SNTE, en el Valle de Toluca, intitulada “Comunicación y Autoestima en la Prevención de Adicciones” la psicóloga Reina Hernández García destacó la importancia de darles amor y comprensión a los hijos, de convivir con ellos y vivir sus experiencias y problemas durante la adolescencia, “ya que de lo contrario buscarán grupos o bandas que los comprendan y los induzcan a la drogadicción; situación que acarrearía consecuencias muy fatales tanto en la salud, como en lo conductual y en lo social”.
Debido al desconocimiento de las leyes que nos rigen en la perla mexicana, los grupos de autodefensa o policías comunitarias operan ya en aras de proteger a los habitantes de sus comunidades, aunque para la aplicación de la ley, en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 16 Quinto párrafo se establece: “Cualquier persona dentro del territorio nacional puede detener a otra siempre y cuando haya delito en flagrancia”, y sobre todo se ponga a disposición de la autoridad más cercana. Los delitos de flagrancia pueden ser.- a) Instantáneos: homicidio, b) Permanentes: Secuestro, c) Continuos: robo.
En torno al tema de la violencia que está afectando a los habitantes de los países latinoamericanos, entrevistada al término de una conferencia que dictó en el auditorio del Instituto Tecnológico de Monterrey Campus Toluca, la premio nobel de la paz en 1992, la guatemalteca Rigoberta Menchú Tum declaró a dos medios de comunicación toluqueños que para frenar la violencia lo más conveniente es crear las policías comunitarias, ya que en cada comunidad la gente se conoce muy bien; luego entonces, el sistema de seguridad cambiaría de manera satisfactoria.
Y Menchú Tum lamentó que en América Latina los gobiernos se vean rebasados por la delincuencia organizada, ya que sus sistemas de cobro a la ciudadanía para que no se vea molestada, sustituye a los impuestos que las instituciones deben de captar para proporcionar servicios públicos. Que sin lugar a dudas, el éxito de los grupos de hampones se debe al uso de las armas, de la violencia y de las amenazas.
En las épocas de la dictadura en América Latina, en los países que sufrían este oprobioso sistema para controlar al pueblo- bueno y malo- comenzaron a surgir los grupos paramilitares, o sea, francotiradores y asesinos contratados por los gobiernos. De parte de los empresarios, de la burguesía, fueron contratadas las guardias blancas para mantener la intimidación y liquidar a los opositores al capital y a los gobiernos dictatoriales (militares).
Volviendo a México, llama la atención la escasa respuesta de la población, a la convocatoria de las autoridades federales y estatales para la entrega a éstas de armas guardadas en el hogar, toda vez que del 11 al 17 de febrero del año en curso, tan solo en cuatro municipios mexiquenses (Toluca, Ecatepec, Nezahualcóyotl, y Naucalpan), solamente se hayan entregado 500 armas, según dio a conocer la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
De mencionados municipios, donde más respuesta hubo fue en Nezahualcóyotl, donde hasta se agotó el dinero que estaban dando por la entrega de armas, de tal manera que las autoridades tuvieron que proporcionar vales cambiables a posteriori; inclusive las autoridades municipales ofrecieron membrecías para entrar a instalaciones deportivas, destinando para ello 600 mil pesos. Donde hubo poca respuesta fue en Ecatepec.
Mientras el fenómeno de la violencia no se ataque de raíz, de nada valdrán las acciones de los grupos de autodefensa o policías comunitarias. Recuérdese que con el espíritu de proteger a la población de la delincuencia surgió en Michoacán la Familia Michoacana, que en un principio ajusticiaba a ladrones, secuestradores, violadores y asesinos. Hoy día es un poderoso cártel que obtiene jugosas ganancias con el control de la venta de drogas, del cobro de piso, de todo tipo de extorsión, de secuestros.
A los grupos delincuenciales para nada les gusta las policías comunitarias, de hecho, en Tejupilco ciudadanos dieron a conocer en conferencia de prensa que crearían una allí, quien habló más al siguiente día fue levantado. Asumiendo todos los riesgos, en lo que respecta al Estado de México, hay policías comunitarias en Amatepec y Tlatlaya, siguiendo los ejemplos de Guerrero y Oaxaca.
La estúpida guerra que emprendió el otrora presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa ordenando que el Ejército saliera a las calles, lo único que dio como resultado fue una estela de muerte; se habla que en el sexenio del panista, por lo menos hubo más de 150 mil decesos, y que la mayor parte se trató de gente inocente, de ciudadanos que pasaron por determinadas calles en una hora no adecuada. Lo mejor, insistimos, es comenzar a trabajar desde la familia, siguiendo esta labor en las escuelas y en el entorno social.