Editorial

Editorial.-Aprendamos a querer y proteger nuestro cuerpo, no fumando

Quienes fuman, a pesar de saber las consecuencias que ello acarrea, justifican su actitud a veces diciendo que sólo así se siete bien; los hay quien dice que solamente de esta manera calma sus estados anímicos, sus nervios. Los habrá quienes digan que fuman por herencia de familia.

Sin embargo, las consecuencias de deterioro de la salud son muy graves, llegando incluso a la muerte, no sin antes pasar por una lenta agonía ya sea por sufrir efisema pulmonar, cáncer en alguna parte del cuerpo como en la garganta y las encías; gangrena por falta de circulación de la sangre, principalmente en los pies.

La enfermedad del tabaquismo la padecen las personas de cualquier estrato social, con o sin educación media, media superior o superior, por lo que el problema ya se está tornando alarmante al causar miles de decesos al año, y con ello el gasto de fuertes sumas de dinero para tratar de alivianar a los dolores de los enfermos.

Es por eso que desde hace varios años, Comunicación, Diálogo y Conciencia (CODICE) emprendió una lucha para que en los contextos nacional y local, se legisla en la materia para prohibir fumar en lugares cerrados, tanto en los edificios públicos como en las negociaciones privadas donde se presta atención al público consumidor.

Y en ese sentido, la organización antes mencionada ha ido avanzando, logrando convencer e involucrar, incluso, a los propietarios de antros o restaurantes, quienes en un principio pensaban que sus ventas iban a mermar si prohibían fumar, y resultó que no; que los consumidores tienen consciencia de lo que causa esa práctica.

En los Congresos Locales ha tenido éxito, a pesar de que de manera contradictoria, representantes populares, militantes del Partido Verde Ecologista de México se han estado oponiendo a la prohibición de fumar tabaco en espacios cerrados.

¡Aprendamos a querer y proteger nuestro cuerpo, no fumando!.

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