Por octava Ocasión, la comunidad lésbico-gay llevó a cabo una marcha, para sensibilizar a la población en torno a los derechos que tienen como seres humanos a pesar de sus preferencias sexuales. Y en este sentido, una vez más acudieron a la Cámara de Diputados local para demandar se siga legislando a favor de los grupos vulnerables.
Asimismo, reivindicaron la tipificación de los crímenes de odio, problema que les afecta muy seriamente, ya que cuando ocurren asesinatos, estos quedan impunes. Sobre este punto, dieron a conocer que en los últimos cuatro años se registraron 64 crímenes, de los cuales uno fue en Toluca y dos en Tejupilco.
Reconocieron que aunque de manera lenta, la lucha que libra mencionado sector de la sociedad desde los años sesentas por sus derechos, ha rendido frutos en el concierto internacional, nacional y estatal, pero dijeron, “aun falta mucho por avanzar, principalmente para erradicar los crímenes de odio”.
Desde el punto de vista humanitario, cada persona tiene derecho de elegir su religión, su filiación partidista, su ideología, incluso sus preferencias sexuales, por lo que no se debe de satanizar ese tipo de movimientos; sobre todo, si estos se dan en el marco de absoluto respeto a las leyes que nos rigen, si se respeta el derecho de los terceros.
No reconocer a las personas que practican la preferencia por el mismo sexo, es como negar que somos parte de un sistema planetario solar; las parejas del mismo sexo existen desde tiempos inmemorables, la historia ha registrado a través de los años varios casos entre los que destacan artistas, políticos y religiosos.
Por ello, reconocer los derechos de la comunidad lésbico-gay es algo tan natural que no debe de afectar la moral de otros, mucho menos debe estar a discusión el origen de ese tipo de preferencias; cada ser humano es libre por naturaleza, y es responsable de sus actos.