El gobernador Eruviel Ávila respalda al gobierno federal en investigaciones por posible espionaje de Estados Unidos
Entre su paranoia y su interés por mantener la hegemonía y el control mundial, Estados Unidos parece que recurre a prácticas ilegales de intervención de las comunicaciones, ya no sólo en México y Brasil, los primeros destapes, la semana pasada trascendió que espiaron a 35 líderes del mundo.
El periódico inglés The Guardian publicó que funcionarios de la Unión Americana compartieron los datos de los políticos extranjeros con la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés), con fines de espionaje.
En el caso de México, también se dio a conocer que el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa fue espiado a través de su correo electrónico.
A pesar de no hablar mucho del asunto, en un interés de manejar las cosas de manera diplomática, el presidente Enrique Peña Nieto ha solicitado que se realicen las investigaciones correspondientes, incluso indagar entre funcionarios federales de la pasada administración panista, para conocer si algún servidor público proporcionó datos a la agencia estadounidense, de lo contrario, deslindar cualquier responsabilidad.
El gobernador Eruviel Ávila Villegas ya también se pronunció al respecto, y en su calidad de coordinador de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Conago afirmó que Estados Unidos está violando los códigos internacionales y violentando la soberanía nacional.
Respaldó al gobierno federal y a la Cancillería en la decisión de investigar a fondo y a la brevedad, pero también indicó que pedirá que se indague sí las diferentes entidades del país sufrieron estas supuestas intervenciones.
También sería interesante conocer qué interés tiene la Unión Americana sobre México para llegar a este punto, sobre qué más querrán intervenir o controlar.
Y puede ser que pronto se conozca a través de otros medios europeos, quienes ya declararon que tienen en sus manos algunas conversaciones de los políticos mexicanos y que adelantan serán explosivas.
De ser así, México y los países intervenidos deben defender su soberanía, de exigir respeto, de no permitir que el gobierno estadounidense pretenda controlar cada movimiento de los países a su alrededor.
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