La situación del Partido Acción Nacional en el Estado de México es de descomposición y de fracturas, pues es evidente que la actual dirigencia y los grupos que la respaldan no quieren soltar el partido, por lo que las elecciones internas para elegir nuevos líderes están detenidas.
Oscar Sánchez Juárez, actual presidente del blanquiazul, tiene algunas justificaciones para retrasar el proceso, pues hay que recordar que cuando fue electo tuvo varios tropezones para asumir su cargo de manera formal, y es que desde ese tiempo ya había gente que se oponía a su mandato, incluso lo señalaron como adorador del dictador Adolfo Hitler, así como de autoritario e intolerante.
Los inconformes señalaron irregularidades que tuvieron que ser resueltas en el Tribunal Electoral del Estado de México.
Es así que el Comité Ejecutivo Nacional del blanquiazul, dirigido por Ricardo Anaya, determinó que no hay sustento jurídico para proceder a la elección de una nueva dirigencia mexiquense, porque Sánchez Juárez tardó al menos un año, después de que lo eligieron, para tomar posesión.
En este bache que atraviesa el PAN también figura el diputado federal Ulises Ramírez, quien –dicen- es el que mueve los hilos de la dirigencia mexiquense, con toda la intensión de poder decidir el futuro de este organismo político, pues lo que está en juego es la elección de su candidato a gobernador del Estado de México.
Si las cosas siguen así, no habrá un candidato de unidad y seguramente repetirán el fracaso de 2011, cuando Luis Felipe Bravo Mena perdió la gubernatura y el voto del electorado se les desplomó, ubicándolos en tercer sitio.
Gente cercana al partido anticipa que el cambio de la dirigencia será en octubre 2016 y será cuando quede evidente si los panistas ya se pusieron de acuerdo o sigan en las mismas, en un constante piqueteo entre el Grupo Tlalnepantla, encabezado por Ulises Ramírez, y los llamados Bravos Boys, entre ellos, el alcalde electo de Huixquilucan, Enrique Vargas del Villar, y que buscan que el actual edil de Atizapán, Pedro Rodríguez Villegas, sea el próximo líder.
Sólo por recordar, este último ya tuvo su encontronazo con la actual dirigencia, pues en el pasado proceso electoral, lo dejaron fuera.
Cabe mencionar que Enrique Vargas se perfila como un fuerte aspirante a la gubernatura estatal, por ello les urge quitar del poder al Grupo Tlalnepantla, lo que deja entrever que difícilmente se llegará a un consenso, pues Ulises Ramírez, muy seguramente, quiere esa candidatura, aunque primero tendrá que limpiar su imagen, pues hay publicaciones que lo relacionan con casos de corrupción y los mismos panistas se sorprenden de su vasta fortuna.