El pasado martes 7 de octubre se inició el proceso electoral 2014-2015, en el que se disputarán 2 mil 159 cargos de elección popular en los comicios del 7 de junio de 2015. Se renovarán 500 curules de la Cámara de Diputados, nueve gubernaturas, 641 diputaciones en 17 entidades, 993 alcaldías en 16 estados y las 16 jefaturas delegaciones en el Distrito Federal.
El Estado de México será parte de esta contienda, pues se elegirán a los próximos 125 alcaldes de sus municipios y 75 diputados, por lo que el Consejo General del Instituto Electoral del Estado de México realizó su declaratoria para dar marcha a la contienda.
Cabe destacar que la gubernatura estatal siempre ha estado a cargo del PRI; en 94 de las alcaldías sus presidentes municipales son priistas, lo mismo que 39 diputados locales, lo que corresponde al 52 %, por lo que dominan el Congreso mexiquense.
En un intento de mantener un clima cordial, el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila Villegas expresó su compromiso y ánimo de colaboración con los órganos electorales federales y locales, para que la entidad viva un proceso limpio, transparente, imparcial y justo, con el objetivo de que la población mexiquense tome la mejor decisión en forma libre en junio de 2015 y ganen las buenas ideas, el respeto y la democracia.
Por convicción personal, dijo que será respetuoso del proceso electoral y exhortó a los 125 alcaldes mexiquenses, legisladores locales y federales a hacer lo mismo.
Ya veremos si esto se cumple, pues ya es característico que comienzan los ataques entre partidos, salen muchos trapitos al sol, lo que se suma al desprestigio que traen arrastrando los políticos y que muchos se han ganado, pues no siempre se rigen con rectitud.
Este será un proceso difícil, principalmente por la lamentable situación que atraviesa el país, por la situación de inseguridad que se ha agudizado en el Estado de México, por los hechos registrados en Tlatlaya, etcétera, que el mismo presidente de la República, Enrique Peña Nieto, ha reconocido que muchas instituciones son débiles.
Todos los partidos anticipan que tendrán a los mejores candidatos –el discurso de siempre-, pero a la hora de la verdad, la ciudadanía no palpa ningún cambio; sí, hay muchas obras, muchos programas sociales, pero no hay políticas públicas que cambien el panorama de la población, que los pobres salgan de su pobreza; se mantiene el paradigma de quien nace pobre muere pobre y, lo peor, lo hereda.
Prometen los candidatos más capaces y a la hora de la hora son endebles a los criminales; lo peor es que ya todos se justifican con esto, es muy común que declaren que el crimen organizado los presiona para ser sus cómplices, para recibir dinero, para asesinar al pueblo.
Los gobiernos federal y estatal hablan mucho de ser abiertos a las transformaciones –esto por las reformas aprobadas a pesar de las muchas reacciones en contra-, sin embargo hay cosas que al interior de estas administraciones no están dispuestos a cambiar; la corrupción –por ejemplo- la ven como algo cultural, y podría ser desde el punto de vista que es una herencia maldita que dejó la Nueva España, pero entonces dónde quedó ese espíritu transformador.
También pareciera que para los políticos democracia es igual a proceso electoral, es igual a voto, y no, democracia es el poder del pueblo, que no vemos ejercido, pues siendo honestos, muchas reglas, muchas obras, entre muchas otras cosas más, son impuestas por los gobiernos, quienes aseguran que es por el bien de la población, bajo ese esquema tan arraigado de papá gobierno, entonces dónde está ese discurso de transformación.
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