Es muy lamentable que mejor instituciones, como la Organización Mundial de las Naciones Unidas se preocupe por las culturas originarias de los países del mundo; tan es así que ha instituido el nueve de agosto como Día Internacional de los Pueblos Indígenas, porque en Perú mujeres aprendieron a manejar la tecnología que mueve las imágenes de Televisión, y las ondas de radio para dar a conocer denuncias diversas.
Sin embargo, gentes nacidas de los grupos étnicos que con el paso del tiempo se fueron preparando y alcanzaron la luz del conocimiento, solamente se han servido de la preparación para satisfacer al ego, olvidando del todo al colectivo indígena a pesar de que este se encuentra en situaciones de pobreza, de extrema pobreza y hasta de miseria.
En el argot indígena, a ese tipo de personajes se les denomina ladinos; porque a pesar de deberse a su raza les dan la espalda y cuando llegan hacer algún movimiento, raramente comparten el producto de ese movimiento.
Por eso, no solo las otras clases sociales han fallado y se encuentran en deuda con los indígenas, también indígenas pseudo intelectuales le han fallado a los de su estirpe al preferir velar por sus intereses personales o de grupo, que por los intereses de los demás.
Así, de qué sirve la declaración de días especiales si todo sigue igual o peor. Si a través de los años, desde el descubrimiento de América y hasta la conquista no ha cambiado nada, por el contrario, la situación indígena es cada vez más desesperante.
Tristemente vemos cómo grupos indígenas se pierden en la maraña de la transculturación y del capitalismo, ofreciendo sus servicios por muy pocas monedas, prohibiendo, incluso a sus hijos hablar el idioma materno por temor a perder el empleo que les da para medio vivir, pues las micro industrias y las grandes empresas son solo para unos privilegiados. Urge considerar el valor de los indígenas.