A manera de despedida, el gobierno panista representado por el presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa, quiere “cerrar con broche de oro”, con modificaciones “profundas” a la Ley Federal del Trabajo; para allanar el camino a la clase empresarial, a los dueños del dinero a efecto de que ya no tengan la “carga” de pagar a sus empleados el derecho de antigüedad, mediante el manejo de criterios a doc.
De hecho, aun sin reformas a la ley en la materia, desde hace tiempo los dueños del capital impusieron sus propias normas, para asegurar que no van a perder dinero con las jubilaciones o pensiones, imponiendo inhumanos roles de turno, para aturdir y aburrir al obrero y que este se vea en la necesidad de renunciar voluntariamente, afectando principalmente al sector femenil, al cual incluso, no se le contrata si hay un embarazo de por medio.
En ese sentido, en los primeros días de septiembre del año en curso, el presidente Felipe Calderón presentó su iniciativa pro empresarial ante el Congreso de la Unión para su análisis, discusión y/o aprobación, hasta que se salió con la suya, hace días.
Al respecto, los representantes populares que llegaron a tener una curul en San Lázaro, organizados por grupos parlamentarios (de partidos), hicieron su labor, los unos para votar a favor, los otros para rechazar, y los más timoratos, algo así como 10, simplemente se abstuvieron.
Si bien es cierto que hay que entrarle al debate de la reforma labora, se debió haber hecho a través de foros; de manera unilateral, desde el escritorio. La ley que acaba de ser aprobada por 351 diputados va en contra de los trabajadores, pues se les condiciona la contratación y el empresario será apoyado para facilitarle los despidos.
Esa es la herencia que nos deja el gobierno que se autonombró “del empleo”, que extinguió a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro de manera ilegal, echando a la calle a miles de trabajadores, la mayoría que aun sigue en pie de lucha, y un corto número ha muerto de tristeza. Ese es el gobierno del cambio que deja a más de 70 mil familias en el desamparo, pues a los padres de familia, perdieron la vida en la absurda guerra en contra del crimen organizado.