Editorial

Editorial.-La solución al comercio informal, un cuento de nunca acabar

Las autoridades municipales, como el caso de Toluca, no quieren aceptar que por su incapacidad para generar fuentes de empleo, en calles y avenidas se da la presencia del comercio ambulante, fijo y semi-fijo. Si a ello le aunamos los constantes despidos de personal por parte de la iniciativa privada y del sector público, el asunto se agrava.

Ya teniendo el problema encima, a las autoridades locales no les queda de otra que buscar alternativas de solución. En este sentido, algunas organizaciones de comerciantes han planteado la necesidad de construir plazas comerciales, haciendo a un lado el dinero de inversionistas privados.

Para tal efecto, proponen, por un lado la creación de un fideicomiso, que como su nombre lo dice iniciaría con un presupuesto gubernamental. Por otro lado, se propone que el H. Ayuntamiento sea aval ante una institución bancaria para solicitar un empréstito y que este sirva para varios proyectos.

Que de aceptar el H. Ayuntamiento ser aval, cada comerciante asumiría su compromiso de pagar lo que le corresponda por el espacio que le toque, so pena de perder incluso el enganche y el espacio. Las dos propuestas no son aceptadas por la alcaldesa Marta Hilda González Calderón.

González Calderón, tratando de tomarle el pelo a la opinión pública, ha declarado a los medios de comunicación que el Ayuntamiento le ha propuesto a los vendedores ambulantes espacios bien acondicionados; sin embargo, no se ha concretado nada. Ha habido intentos e reubicación pero en zonas nada comerciales.

Ahora, con la asesoría de la ex presidenta municipal Laura Pavón Jaramillo, se pretende llevar a cabo la limpieza de toda la cabecera municipal de Toluca, iniciando por la Alameda, siguiendo el Centro Histórico y las periferias.

Por ello, Martha Hilda ha comisionado a Martín Ramírez sobrino de Laura Pavón, para que se encargue del operativo, como lo hizo hace años, cuando su tía fue Alcaldesa. En aquella época, en la avenida Benito Juárez, de Toluca había comerciantes, Martín los dejó crecer para justificarse ante la sociedad de que el comercio estaba creciendo demasiado.

Lo curioso fue que cuando la avenida Benito Juárez explotaba de comercio informal, inspectores y uno que otro dirigente le vendía al sector espacios, dinero que se perdió cuando se llevó a cabo el operativo con el cual limpiarían la calle. A la dirigente de la Unión “Adolfo López Mateos”, Eloísa Gutiérrez Morán se le ocurrió hacer una manifestación, y fue detenida, llevada privada a golpes a los separos de la entonces Policía Judicial del Estado de México. Tras ser consignada ante el juez de la causa por un Ministerio Público, Eloísa fue internada en el Centro de Readaptación Estatal Santiaguito, en Almoloya de Juárez, donde enfrentó un proceso por motín, resistencia y ultrajes.

Hoy día Eloísa sigue teniendo su unión, pero ya le mide ponerse al tú por tú con los funcionarios. Es que ya lleva dos ingresos en Santiaguito; por lo que no sabe qué hacer, si demandar el diálogo en la búsqueda de una solución, o quedarse callada y esperar a ver qué logran las demás organizaciones.

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