Editorial

Editorial.- Priva inseguridad en México

La inseguridad se recrudece en México, los gobiernos de la Cuarta Transformación, llámese federal, estatal o municipal, no están cumpliendo las expectativas de brindar confianza, paz y seguridad a los más de 120 millones de ciudadanos que habitan en los 31 estados de la República Mexicana y el Gobierno de la Ciudad de México.
Hace unos días, funcionarios cercanos a la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México Clara Brugada fueron ultimados a balazos en una de las avenidas con mayor flujo vehicular y peatonal, la calzada de Tlalpan. Más de una decena de casquillos se contabilizaron en el lugar de los hechos, como si sus objetivos fueran personas ligadas al crimen organizado o dejar un mensaje claro y específico.
De los responsables del atentado, nadie dio mayor información mas que fueron individuos que viajaban en motocicletas, uno disparó a quemarropa contra quienes se desempeñaban como secretaria particular Ximena Guzmán y asesor José Muñoz; acontecimiento que no es muy común que sucedan en la segunda entidad más poblada del país; el último caso de esta naturaleza, se registró hace cinco años cuando Omar García Harfuch sufrió un atentado que pudo librar.
En la capital mexicana, las últimas administraciones han sido gobernados por partidos de izquierda, empezando por el desaparecido perredismo, quien dio paso a Morena y desde el sexenio pasado a nivel federal hacen lo propio.
En el entonces Distrito Federal, el rubro de seguridad no cambió mucho de sus antecesores, se mantuvo al margen, al llegar a la Presidencia de la República los de Morena no han podido garantizar esa paz y tranquilidad que tanto pregonaban a la población. En algunos estados, principalmente del norte del país, personas ligadas al crimen organizado mantienen en jaque a las autoridades de los tres órdenes de gobierno.
A decir de los representantes de las administraciones morenistas, en sus mesas de seguridad que realizan de manera periódica, este rubro va a la baja en sus diferentes modalidades; dejemos a un lado los enfrentamientos en el norte. No se aborda el tema del “toque de queda” que perduran en algunos municipios del estado de Morelos -implementado por los mismos ciudadanos-, el cierre de carreteras en Michoacán y en específico en Zitácuaro y alrededores.
Más hacia al centro del país, se identifican actos delictivos en municipios del Valle de México, donde grupos criminales de diferentes células operan, sin que autoridad alguna ponga un alto; que decir de los Ayuntamientos ubicados en la Zona Oriente, que cubren a la Ciudad de México. Este mal, ya opera en la capital del país, aún y cuando las autoridades lo nieguen. En la mayoría de los casos, los delincuentes están mejor armados y organizados que las mismas autoridades. El cambio verdadero ¿Dónde quedó?