Muchos celebran el Día Internacional de la Mujer (8 de marzo), pero quizá no sea un día para celebrar, debe ser un día más de lucha para que sus derechos sean reconocidos, para que vivan en condiciones igualitarias, para vivan libres de violencia.
Alrededor del mundo las mujeres siguen padeciendo maltrato físico y psicológico, desigualdad, vejaciones, violaciones, hambruna, trata, etcétera.
En muchos países de Medio Oriente y África las mujeres mueren lapidadas; algunas culturas practican la ablación del clítoris; otras no permiten que las mujeres se preparen académicamente y, bueno, los horrores de la guerra, afectan en mayor proporción a este sector, junto con el de los niños y los ancianos.
Pero no hay que ir muy lejos, en México aún queda un camino muy largo que recorrer.
Por el lado, quizá menos fatídico, de la política, sólo seis mujeres han gobernado alguna entidad en el país, incluyendo a Rosario Robles, quien fuera jefa de Gobierno del Distrito Federal (1999-2000).
Actualmente, algunos partidos políticos han modificado sus estatutos para que las mujeres tengan una mayor participación y acceso a los puestos de elección popular, como las diputaciones. Los mismos gobiernos federal y estatal han avanzado en la apertura a cargos de alto rango para las féminas, aunque todavía no es suficiente.
Pero pasando al lado grave de las cosas, a lo vergonzoso, están los feminicidios, término que refiere a la muerte evitable de mujeres por razones de género.
México ha sido señalado por la comunidad y otros países líderes en el mundo por esta lamentable situación, pero también porque sus diferentes niveles de gobiernos, los diferentes poderes no han hecho lo suficiente para aclarar los casos, para dar justicia a las familias de las mujeres muertas, para frenar y prevenir la ola de violencia en contra de este sector.
Anteriormente Ciudad Juárez estaba en la mira de los organismos internacionales, por la desaparición y muerte de cientos de jovencitas, principalmente trabajadoras de las maquilas. Pero ahora también han volteado los ojos hacia el Estado de México, que ocupa el primer lugar a nivel nacional en estos crímenes de género.
“A menudo estos crímenes (los feminicidios) se cometen después de años de maltratos o de amenazas, especialmente por las parejas o exparejas de las mujeres; o pueden ser crímenes cometidos por desconocidos, en otros contextos, como los graves casos de desaparición, violencia sexual y asesinato de mujeres y niñas en ciertas regiones de México y Centroamérica, caracterizados por la impunidad y denunciados por el movimiento de mujeres desde principios de la década de los 90”, afirmó Asamblea Parlamentaria Euro-latinoamericana en su propuesta de resolución en agosto del año pasado.
El Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidios, la semana pasada dio a conocer que al día son asesinadas 6 mujeres en México, y al menos la mitad están dentro de la categoría de feminicidios.
Además calcula que hay aproximadamente 2 mil 299 casos de feminicidios en el país, pero hasta ahora, sólo tiene registro de que 572, es decir, 24 por ciento están siendo investigados como feminicidio en once entidades federativas, lo que también se debe a que apenas en diciembre pasado los 32 estados tipificaron este delito.
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