Sin duda, fue innovador el formato del Cuarto Informe de Gobierno del presidente de la República, Enrique Peña Nieto, pues los nuevos tiempos exigen nuevas maneras de comunicarse, de llegar a la gente, echando mano de la tecnologías y de las redes sociales.
Sin embargo, aún falta mucho para lograr un verdadero diálogo, un debate, y no limitar la comunicación a una pregunta de alguno de los invitados y una respuesta del presidente sobre temas que, muy claramente se notó, previamente memorizó.
También surge la duda de dónde salieron los jóvenes, de entre 15 y 29 años, que participaron en el encuentro, cómo se les convocó y cómo fueron elegidos.
Y es que sorprendían sus halagos al presidente, su complacencia al hacer sus preguntas, algunos señalaban ciertos desaciertos del gobierno, pero hacían preguntas que no incomodaran a Peña Nieto, que no lo hicieran salirse de zona de confort.
También parecía que algunos estaban ahí no para cuestionar, si en espera que el presidente les diera una solución a sus problemas.
Mientras que el presidente respondía con cifras, con un nuestro gobierno hizo esto, se impulsó tal programa, se avanzó en tal cosa, en su dinámica de “las cosas buenas casi no se cuentan, pero cuentan mucho”, siendo lamentable que esas respuestas no podían ser confrontadas, como si esas respuestas fueran la verdadera realidad de nuestro país y con eso nos debiéramos de quedar.
Y es que a lo mejor en cifras todo suena muy rimbombante, abundante y bonito, pero en lo cotidiano la ciudadanía tiene otra percepción de la seguridad, del empleo, de los salarios, de la economía, del medio ambiente, etcétera, por ello es que las cosas buenas, si es que se están haciendo, no cuentan, porque lo malo está rebasando al país y lo malo también involucra todos los escándalos, que han ido uno tras otros, en los que ha estado involucrado el presidente de la República.
Y en ese tenor, no debemos dejar de mencionar la participación repentina de un joven llamado José Ramón, durante el Cuarto Informe, quien se salió del formato y se levantó de su silla para pedir la palabra y poder manifestarle su opinión al presidente.
“Pareciera que no podríamos molestarnos más o creer menos, pero semana con semana nos sorprendemos de que lo logramos”, dijo.
“Me gustaría mencionar un poco de las inquietudes que tengo yo. Este es el cuarto informe de gobierno, llevamos dos terceras partes de este sexenio y la credibilidad, la popularidad de la administración es bajísima, es increíblemente baja; tal vez coincido en que el gobierno no está aquí para ser popular, no está aquí para caernos bien pero coincidiría completamente si viéramos los resultados”, expuso.
También expresó: “No lo vemos desmintiendo al candidato Trump, no vemos el Sistema Nacional Anticorrupción, no vemos una rendición de cuentas satisfactoria, tanto en conflicto de intereses como en conflictos académicos, no sé cómo decirlo. No vemos los resultados. Me gustaría preguntar dónde están esos resultados, dónde está esa urgencia que debería tener el gobierno por acabar con la corrupción que tanto desarticula las buenas intenciones con la realidad social. Me gustaría preguntar acerca de eso, pero la verdad no quisiera tener una respuesta coreografiada“.
Y Peña Nieto respondió: “Mira, yo creo que el video sintetiza mucho de los logros que hay, que algunos dicen que no existen… tenemos toda una infraestructura que, quien la quiera apreciar y ver, ahí está, quienes no la quieren ver, como dice el eslogan que he manejado de esta campaña: las cosas buenas casi no se cuentan pero cuentan mucho”.