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Editorial.- Vacío gubernamental

Queremos libre al “Chapo”, No queremos otra guerra, liberen al “Chapo”, Sinaloa es tuya “Chapo”, son sólo algunas pancartas y consignas con las que se manifestaron en una marcha familiares y amigos del capo mexicano capturado la semana pasada.

La manifestación, realizada en Culiacán, Sinaloa, sorprende, y surge la pregunta del ¿por qué la sociedad apoya a un delincuente? Y no hay más respuesta que el vacío de autoridad en este estado del país.

A lo largo de estos días, diferentes medios de comunicación escritos han publicado entrevistas y cartas de personas, que sin conocer directamente a Joaquín Guzmán Loera, sin ser partícipes del cártel de Sinaloa, el más fuerte en todo el mundo, hablan del narcotraficante como una persona que le ha dado seguridad a la región, que genera empleos para que la familias puedan vivir.

Una vecina de Badiraguato, lugar donde nació “El Chapo”, afirmaba que gracias a este en la zona no se sufría de secuestros, de extorsiones, de violencia, les garantizaba su seguridad, pero además remataba asegurando que ahí las policías (municipal, estatal y federal) no tenían presencia.

En nada se justifica la actividad delictiva del narco más poderoso, uno de los hombres más ricos del mundo según la revista Forbes; sin embargo lo más cuestionable, es la actitud tomada por los diferentes gobiernos en Sinaloa, permitiendo que Guzmán Loera  no sólo creciera en lo delictivo, también que asumiera responsabilidades que le corresponden a las autoridades y que hoy hacen que la sociedad se vuelque contra el gobierno y apoye a un delincuente.

Hoy, un sector de la sociedad sinaloense se siente desprotegida, en la ambigüedad, tiene el temor de que otros grupos delictivos se traten de apoderar del territorio y la violencia se desate en su mayor expresión.

Pero además, otra parte de la sociedad mexicana se pregunta si con la captura del Chapo se acabará con el problema del narco, con la terrible ola de violencia que vivimos desde hace varios sexenios.

El gobierno de Enrique Peña Nieto ya se sacó una estrellita, pues hay que reconocer que la captura pasará a la historia, sin embargo desmontar a este cártel que tiene presencia en todo el mundo, que tiene empresas para lavar dinero en 54 países (y que dan empleo a personas), suena a imposible.

Además, a pesar de que Guzmán Loera era la cabeza del cártel de Sinaloa, hay toda una red de personas que lo respaldan, como Ismael “El Mayo” Zambada, el segundo de esta organización, quien, en una entrevista con Julio Scherer para la revista Proceso, afirmó que no importa que lo capturen a él o cualquier líder del narco, pues atrás de ellos vienen otros, se forman a otros, para continuar con su actividad criminal.

Entonces, ahora a la sociedad le corresponde exigir al gobierno tome otro papel; en efecto se debe perseguir a los criminales, pero también debe retomar el control político de aquellas zonas donde se ha perdido, debe ir más allá de las cifras y de lo asistencial, y garantizar la educación, el empleo, los servicios de salud y todo aquello que la sociedad requiere para que las organizaciones delictivas no sean una alternativa de sobrevivencia.

Impulsar el deporte y la cultura para que haya una sociedad sana y con autoestima, que no requiere consumir estupefacientes para evadir la realidad.

Debe garantizar la seguridad, pero no con la violencia que se ha mantenido desde que Felipe Calderón le declaró la guerra al narco.

 

 

 

 

 

 

 

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