Los mexicanos siempre hemos salido adelante ante cualquier adversidad, ante inflaciones o deflaciones; inclusive ante políticas erróneas aplicadas por los malos funcionarios de los distintos colores, porque Dios nos hizo resistentes, ingeniosos y, sobre todo, solidarios. Por eso, ante las devastaciones ocurridas en distintos puntos costeros del país, no nos queda de otra que unirnos como uno solo.
Que de nuestro corazón y de nuestra mente surjan no solo ideas, sino la voluntad para ayudar a nuestros compatriotas en desgracia; demostremos una vez más que sí podemos, que como uno sólo actuaremos para tender la mano, para que el país siga adelante y continuemos siendo el buen ejemplo en el concierto de las naciones.
Los auténticos religiosos han comprobado que cuando se ayuda a alguien, cuando se pide por una persona, la recompensa llega tres veces; y viceversa si hay odio hacia nuestros semejantes. Por ello, es muy grato lo primero. Además, nunca hay que esperar ayuda de la persona que en una ocasión le tendimos la mano, la retribución llega por otros lados, de manera inesperada.
Como dicen los metafísicos, “como es arriba, es abajo”, si vibramos en armonía y compartimos esa armonía con los demás, nada nos faltará, nada nos hará daño, tendremos todo a la mano, principalmente la felicidad.
Si bien es cierto que el tejido social se ha visto fracturado por malas costumbres, como por la drogadicción, la delincuencia organizada, el alcoholismo, vibrando en armonía se sale adelante y hasta llega la transmutación; se puede cambiar lo malo por lo bueno.