Exigen panistas convocatoria para renovar la dirigencia mexiquense

• Piden a Ricardo Anaya que intervenga, pues aseguran que Oscar Sánchez y Ulises Ramírez no quieren soltar la presidencia del PAN en el Edomex

Naucalpan / Estado de México

El presidente del PAN en el Estado de México, Oscar Sánchez Juárez, y el diputado federal Ulises Ramírez han preferido guardar silencio ante las manifestaciones en su contra que han surgido de otro grupo de Acción de Nacional, quienes están en contra de la reelección del primero y el enquistamiento del “Grupo Tlalnepantla”, encabezado por el segundo.

Los panistas inconformes, quienes ofrecieron una conferencia de prensa, como informó este medio la semana pasada, está exigiendo a Ricardo Anaya Cortés, presidente nacional del blanquiazul, que publique la convocatoria para elegir dirigencia del Comité local, misma que la dirigencia mexiquense –acusaron- tiene guardada en un bolsillo.

En una reunión que sostuvieron en el municipio de Naucalpan, el alcalde electo de Huixquilucan, Enrique Vargas del Villar, informó que acudieron un 75 por ciento de la militancia panista mexiquenses, entre ex presidentes del comité estatal; consejeros del partido; presidentes municipales; ex alcaldes; diputados y ex diputados locales y federales, todos en contra de la actual dirigencia y con la exigencia de que ya sea publicada la convocatoria de renovación  de dirigencia.

Entre los inconformes y participantes en este evento se encuentran José Luis Durán Reveles, presidente municipal de Naucalpan en el trienio 1997-2000; Pedro Rodríguez, actual alcalde de Atizapán, y Alfonso Bravo cercano al ex candidato a la gubernatura estatal, Luis Felipe Bravo Mena.

Asistieron, además,  Guadalupe Mondragón, ex diputada federal en la LXII Legislatura; Óscar García y Juan Carlos Uribe, quienes fueron cercanos a Ulises Ramírez, entre otros.

Los panistas indicaron que la dirigencia panista ha actuado con excesos, pero además ha tomado malas decisiones, que se vieron reflejadas en el pasado proceso electoral del 2015.

“Fue un alejamiento del comité estatal hacia las bases, las imposiciones desde el comité directivo estatal”, sostuvo Vargas del Villar.