*Hacen mal los medios de comunicación en echar a pelear a las mujeres con mucha imagen
*Debemos de vigilar que los apoyos lleguen a los damnificados, hasta sus lugares de origen
Mientras miles de damnificados en varios estados se encuentran en espera de ayuda humanitaria, Laura Bozzo y Carmen Aristeguis se enfrascan en un dimes y diretes; comerciantes voraces encarecen los víveres, políticos sin escrúpulos tratan de sacar provecho o acuden solamente para ver como sufren los ciudadanos que fueron afectados,
para saciar una curiosidad, lo que nos coloca en el concierto internacional como seres humanos con escasa solidaridad.
Desde los inicios de la devastación de las zonas boscosas, de la explotación de tierras para extraer oro, plata, piedras preciosas, cenefas, mercurio o petróleo, ya se preveía que en la tierra ocurrirían fenómenos catastróficos que afectarían principalmente a quienes viven en las costas y litorales.
Los huracanes “Ingrid” y “Manuel” ocasionaron severos desastres: perdida de hogares, de propiedades y pertenencias varias valuadas por
el gobierno federal en 75 mil millones de pesos; gobierno que ya vaticina la disminución el Producto Interno Bruto en 0.1 por ciento, es decir, si íbamos a crecer en 1.8 por ciento, ahora el crecimiento será de 1.7 por ciento. Bueno, hasta la Financiera Rural ya ha anunciado que habrá escasez de alimentos por la destrucción de hortalizas en Sinaloa y Colima.
En ese sentido, la clase popular, la clase media y la clase media alta responde al llamado de organismos gubernamentales o no, para participar en la recolección de alimentos enlatados, medicinas, ropa, calzado y agua. Sin embargo, como ya se dijo, los medios de comunicación tratan de desviar la atención en si Laura Bozzo hizo un reality show en Coyuca de Benítez. De si Carmen Artistegui hizo bien en denunciar a la peruana por haberse valido de uno de los tres helicópteros del grupo aéreo de rescate de origen mexiquense “Relámpagos”; como si el pleito de dos damas fuera tan importante.
Ahora más que nunca miles de mexicanos requieren la solidaridad de sus compatriotas, como ocurrió cuando el terremoto de 1985. Las redes
sociales deben de servir para eso, para difundir la solidaridad, la conciencia humanitaria para tender la mano a quienes lo necesiten, desviar la atención ante los últimos acontecimientos, sería una crueldad y una falta de respeto.
Mejor estemos al pendiente en conocer si hay respuesta masiva a los llamados de auxilio, vigilemos que los políticos no saquen provecho, que los apoyos lleguen a donde deben de llegar; estemos al pendiente para constatar que organismos como la Cruz Roja cumplan con su function de llevar las ayudas, toda vez que ha habido ocasiones en que lo recolectado se queda almacenado en bodegas.
No permitamos que los comerciantes abusen de las personas necesitadas de apoyo, pues los medios de comunicación han denunciado que se ha estado vendiendo el kilo de tortilla hasta en 40 peso, el kilo de huevo en más de 100 pesos; ahí es donde debemos de protestar, de levantar la voz y exigir a las autoridades se aplique todo el peso de la ley en contra de los hambreadores.
Los mexicanos siempre nos hemos distinguido entre la población mundial por nuestra camaradería y amabilidad, de tal manera que acostumbramos decir: “estas en tu casa”, “te invito a tu casa”, “en tu pobre casa…”, y hasta invitamos a vivir en nuestra casa a familiares que no andan muy bien económicamente. No perdamos estas sanas costumbres, no nos dejemos llevar por la transculturación.
Desafortunadamente lo peor no ha pasado, viene la reconstrucción del país, la ampliación de las estrategias de seguridad; coadyuvar a que los ciudadanos medio traten de tener muebles para vivir como seres humanos. Viene una carestía, la necesidad de alimentos que hay que enfrentar, y esto solo se podrá lograr con la solidaridad. La solidaridad de los mexicanos no debe quebrantarse.