Luis Zamora Calzada

ESCUELAS NORMALES

El tema de las Escuelas Normales, formadoras de docentes, excluidas de la reforma del artículo 3ro. y 73 constitucionales ─consideran únicamente educación básica y media superior─, con cuatrocientas cuarenta y nueve instituciones en el país, responsables de formar y emitir la certificación de los maestros que laboran en educación preescolar, primaria, secundaria y preparatorias, no se había realizado manifestación alguna por parte de la autoridad educativa federal, a excepción de la Normal “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, Guerrero, por los lamentables acontecimientos que son de atención nacional y mundial.

Al respecto el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal, anunció el diecisiete de noviembre del año a punto de culminar, que será en febrero de dos mil dieciséis, cuando se presente un nuevo plan para la formación de docentes, que coincidirá con la entrega de resultados de la evaluación para la permanencia, aplicada a los maestros de educación básica, que culminará en Chiapas la siguiente semana, con la abierta participación policiaca como método antipedagógico, que nunca debe incorporarse a los salones de clases, caso contrario implicaría retroceder a “la letra con sangre entra”.

Señaló que muchas normales tienen buena calidad, pero quiere mejorarlas “con una estrategia nacional para el robustecimiento de la enseñanza inicial”, agregó que “preparar mejor a los futuros maestros. Tiene que ver también con que todas las normales y sus actividades estén apegadas a la ley y no al contrario”, sin especificar que normales y probables actos ilícitos llegan a cometerse.

En el Estado de México por ejemplo, se ha hablado mucho del plagio y del intercambio de temáticas de titulación de una normal a otra, que se asegura llegan a cometerse en las áreas de titulación, con la aportación económica respectiva de los estudiantes que aceptan esta actividad no apegada a la ley, lo que pudiera estar aconteciendo en otras instituciones que brindan programas de maestría y doctorado; los rumores son fuertes y “cuando el río suena es que agua lleva”, asegura el dicho popular, habrá que investigar.

Del nuevo  plan para la formación docente, no se sabe nada, incluso de la propia subsecretaría federal, no se ha obtenido información alguna; en diálogos con algunos directores de normales, lamentan que todo se “realice desde un escritorio, con diseños que nada tienen que ver con la realidad y que luego se imponen sin considerar las particularidades” de cada una de las escuelas.

Los grandes ausentes de este probable nuevo diseño curricular, serán los maestros egresados, formados en planes que fueron integrados a partir de mil novecientos noventa y siete; no se conoce un trabajo serio de las transformaciones e impacto que hayan aportado a la docencia de los diferentes niveles educativo a los que fueron incorporados, no hay un seguimiento por parte de las escuelas normales al respecto, que den cuenta de avances o retrocesos del trabajo áulico producto de esta formación docente.