“PORKYCRACIA” EDUCATIVA
Las notas informativas de muchos medios de comunicación muestran una crispación social en aumento, se siente en todos lados, las instancias gubernativas autistas se agravan más, no escuchan, no ven, tampoco son sensibles al pulso generado por la sociedad; el grupo gobernante no cumple con lo que les mandata sus propias leyes y crean otras ya tachadas en contra del interés de los habitantes, como la tristemente célebre ley Atenco en nuestra entidad ─a ciento ochenta días de aplicarse, contados a partir del día después de su publicación─, que ahora supuestamente atenderá las recomendaciones de la Comisión Nacional y Estatal de los Derechos Humanos, a fin de evitar que se violenten dichos derechos en su articulado a todas luces contrario a la ley suprema del país.
El periodismo serio y de investigación dan cuenta de la corrupción que salta por doquier, las injusticias son pan de cada día, al parecer toda acción gubernativa va encaminada a la sumisión de la población, útil únicamente en la validación de jornadas electorales; este panorama desalentador de México hoy, lo retrata magistralmente Julio Hernández López ─Astillero, la Jornada, 31 de marzo de 2016─ al definir con relación a hechos lamentables en Veracruz, utilizando el término Porkycracia, que por su definición instrumentada puede ser aplicable a todos los estados de la nación y a los asuntos en su ámbito de competencia.
El Astillero define la Porkycracia, como “…el gobierno de lo más sucio, mediante las maniobras más puercas, para conservar un cochino sistema de cosas. No sólo en cuanto a la administración pública, al manejo del presupuesto y el cumplimiento de las funciones constitucionalmente asignadas a los gobernantes. También y especialmente, en cuanto a la agresión tan sistemática como impune a periodistas, defensores de los derechos humanos, jóvenes (Tierra Blanca y Papantla como terribles casos recientes) y, con mucha insistencia, subrayada en semanas recientes, a mujeres, en especial a menores de edad.”.
A las agresiones sistemáticas, sumamos las que se aplican desde dos mil doce a los maestros, disfrazadas en una supuesta reforma educativa que no lo es y en la práctica reducida a una grave agresión laboral, materializada en el examen para la permanencia, con sus costos políticos y electorales venideros, consecuencias al parecer ya detectada en el partido gobernante, que con prisa prenden luces rojas y pretenden ahora desde algunos de sus actores legislativos ofrecer un discurso suavizado, dejando ver la probabilidad de una nueva reforma que ya no culpe, ni señale al profesorado como causante de los peores males de México, claro, esto contrario a la cerrazón y falta de diálogo de la SEP federal.
En materia educativa todo sigue igual, los últimos resultados de la suspendida prueba Enlace, así lo reflejan, a lo que se suma la iniciativa “brillante” de la devaluación de la prueba Planea, que será manejada de manera discrecional; sus resultados no serán más un parámetro para conocer las condiciones de la escuela pública, es decir, se elimina la información que pudiera brindar datos para conocer el éxito o fracaso de la mal llamada reforma educativa, lo importante como lo señala el Astillero, es conservar el sistema de cosas ─alumnos sin entender lo que leen, sin utilizar operaciones aritméticas, de cien que ingresen a primaria, únicamente ocho en promedio lleguen a educación superior, el fracaso escolar siga siendo sinónimo de fracaso social, entre otras cosas que no deben cambiar─, la educación no importa, además si mejora, se corre el riesgo de que la gente piense y eso no conviene al sistema. Usted ¿qué piensa al respecto?
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