No se alarmen, afortunadamente este fin de semana, las fuerzas policiacas del estado no asesino a ningún profesor en la marcha para manifestar solidaridad a los maestros en lucha y que están sufriendo violencia de estado en diferentes entidades de la república mexicana.
Sin embargo no olvidemos que la nueva forma de contratar y despedir a los maestros ─la mal llamada reforma educativa─, ya cobró muchas vidas, en nuestra entidad recuerden a los profesores que sufrieron paros cardiacos y derrames cerebrales, cuando los enteraron que estaban en la primera lista para aplicar el examen para la permanencia, les dijeron que si reprobaban, se quedaban sin trabajo, la infundada amenaza fue suficiente para quitarles la vida.
El elevado número de muertos ─doce reportados de manera oficial─, del desalojo de la Asunción, Nochixtlán en el Estado de Oaxaca, se suman a la estadística fatal por causa de la política educativa errónea y ciega que intenta imponer la secretaria educativa federal a fuerza de pistolas y toletes, con violencia irracional generadora de escenarios de guerra, protagonizada por las policías de un estado mexicano, extraviado hoy en las diferentes crisis creadas desde las instancias del poder instituido.
Es incomprensible que en un escenario nacional con “mal humor social”, se agregue la devaluación del peso con un costo ya de casi veinte pesos por dólar ─diecinueve pesos cincuenta y siete centavos para ser exacto al día lunes, salvo las últimas variaciones─, una ley 3 de 3 para informar respecto de la riqueza y negocios de los políticos y funcionarios gubernativos, incluyendo a los empresarios que tienen contratos con las dependencia en los tres niveles de gobierno, ante la fundada sospecha de una ciudadanía cada vez más informada y mal pensada, con conjeturas hirientes de sentimientos empresariales, quejosos adoloridos ante el titular del Ejecutivo Federal, quien presto y presuroso cambió el artículo de la ley citada, al resultar ofensivo para esos pobres ricos.
Ya ni hablamos del engaño de que la gasolina ya no subiría de precio, la realidad es otra; la falta de trabajo bien remunerado, una asignatura pendiente; el bajo poder adquisitivo del salario, afectando verdaderamente a los trabajadores de nuestro país ─nada que ver con los sentimientos empresariales supuestamente lastimados─, que no les alcanza para subsistir, sin garantías para escolarizar a sus hijos en una escuela pública, que cada día cuesta más cara.
La lista de asuntos negativos en perjuicio del pueblo es enorme, a todo ello se suma el conflicto creado por el prepotente Aurelio Nuño Mayer ─aún Secretario de Educación Pública federal─, impuesto en la dependencia por las ligas de la moral, perdón la amistad con el titular del Ejecutivo.
El mencionado secretario educativo de los años de esta década, ha desatado una embestida con furia en contra de los docentes que no aceptan la mal llamada reforma educativa, llegando al colmo de negarse a cualquier tipo de diálogo con ellos, menospreciando e incluso con desprecio manifiesto por el daño que le causaban en sus pretensiones presidenciales; pobre, nunca pensó en la capacidad de resistencia de los profesores y los alcances que pudiera tener la represión institucional en la sociedad mexicana y en el panorama internacional.
Se desbordó el asunto, fue necesario que otro funcionario de supuesto rango superior, contradijera a Nuño y ofreciera el diálogo solicitado con gobierno, dejando en ridículo al nada carismático Secretario de Educación.
No cabe duda que es otra víctima de la reforma, se asegura que se le ve como un cadáver político recorriendo los pasillos de la dependencia, al no acudir más a escuelas públicas, de donde se dice ha recibido rechazo directo a su persona en actos calificados como eventos políticos y de campaña, realizados con estudiantes de educación básica y los medios de comunicación a sus órdenes.
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