Se Prende El País
“…Se ha agotado el tiempo…” sentenció Osorio Chong, próximamente en la cartelera como probable dirigente del PRI nacional, en funciones actuales de Secretario de Gobernación; amenazante hasta con la mirada se asegura ─síndrome típico de funcionarios que les ha ganado la soberbia por el poder pasajero que detentan─, el viernes primero de julio anunció que “se estarán tomando las decisiones necesarias para permitir el tránsito en vías estratégicas y el abastecimiento de las comunidades”.
El ilusorio desabasto creado y anunciado desde el imaginario gubernamental, difundido para los usuarios de la televisión que no permite pensar, de siglas conocidas de sobra, en la pretendida intensión de colocar en las mentes ciudadanas menos informadas, posibles justificaciones a temidos desalojos sangrientos puestos en marcha en esta administración peñista, despertando con justa razón el enojo nacional e internacional, sentimientos que parecen no importar a quienes administran hoy nuestra patria, inmersos más en su combate frontal contra los odiosos populistas no declarados y aun quienes ya lo han aceptado, por ejemplo el Presidente del vecino país del norte.
La amenaza es en contra de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y de los bloqueos que mantienen en diferentes estados de la República, para combatir la nueva forma de contratar y despedir a los maestros ─la mal llamada “Reforma Educativa”─, ante la cerrazón gubernamental en voz del personaje citado, quien afirma que no le moverá una coma a su “Reforma Educativa”, dejando en claro que el diálogo en curso es mera simulación para ganar tiempo, esto en concatenación con afirmaciones emitidas por su superior inmediato en el extranjero, en Canadá para ser preciso.
Los hechos y las amenazas de lo que sin duda puede etiquetar ya a este gobierno como autoritario y represor, no tendrían mayor impacto en un pueblo que no tuviera acceso a la información, lo cual ya no ocurre en México, aun cuando sea de manera incipiente, ha logrado la reacción no únicamente de maestros que se manifiestan en más de la mitad de los estados de la República, apoyando a la CNTE para combatir conjuntamente la evaluación para la permanencia ─los medios no vendidos y las redes sociales en internet dan cuenta de las cada vez más numerosas movilizaciones─, también han hecho reaccionar a padres de familia y a la sociedad organizada.
El reporte de Arturo Cano del periódico la Jornada en su edición del domingo 3 de Julio, no puede pasar desapercibido, los municipios de Oaxaca no están dispuestos a aguantar las amenazas del gobierno, para ellos los lamentables hechos de Nochixtlán no fue ningún enfrentamiento, simple y llanamente “fue una agresión de gobierno”, calificó el Presidente Municipal de Santa María Apazco, quien aseguró que las alcaldías y autoridades agrarias que “si el gobierno vuelve, vamos a accionar, vamos a responder a la represión del Estado”; en tanto el Presidente Municipal de Santo Domingo Teojomulco aseveró “a como nos traten vamos a responder”, en el entendido de que el movimiento pueden extenderlo a los 570 municipios de Oaxaca, sin considerar que todo México está reaccionando en contra de las medidas autoritarias y de las reformas aprobadas por diputados locales, federales y senadores que nada tienen de representantes populares y mucho menos el afecto de la gente.
¿Quién en su sano juicio no está en contra de Osorio Chong y de Aurelio Nuño por sus excesos?, si la cerrazón e ilegalidad mostradas se replica con las autoridades de los estados, por ejemplo las de nuestra entidad siguen la misma tónica de no escuchar, negarse al diálogo, no acatar su ley, violar los derechos humanos garantizado en la Constitución Política del Estado y de México, crean mentiras, pretenden defender lo indefendible y lo más grave, continúan causando daños y perjuicios a los ciudadanos dejándolos en estado de indefensión, cuidándose entre ellos cuando un ciudadano se atreve a reclamar; esto es peor que el porfiriato que se pensaba superado, con gobiernos de esta naturaleza ya no se puede, las elecciones venideras pueden ser la solución y no esperar una revolución armada que a nadie beneficia.