EL MAESTRO EN LA POLÍTICA EDUCATIVA NACIONAL
La esencia de la política educativa nacional se centra en cinco documentos básicos: la reforma al artículo 3º Constitucional, la reforma a la Ley General de Educación (enviada del Senado a la Cámara de diputados Federal para su discusión), la iniciativa de la Ley General del Servicio Profesional Docente, la iniciativa de la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, estas últimas en discusión en las comisiones de la Legislatura Federal y el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018, a los que se debe agregar para una mayor comprensión el organigrama de la Secretaría de Educación Pública (SEP) federal y su Reglamento Interior vinculado a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal.
El en Plan Nacional el rubro educativo se ubica en la meta III, denominada México con Educación de Calidad; documento que desde la presentación incurre en un reduccionismo al limitar la materia a la “calidad de la enseñanza”, independientemente de asociarla a la formación de valores cívicos, promoción de la ciencia, tecnología e innovación, concatenadas a las eternas premisas de superación y éxito de los niños y jóvenes mexicanos, con una clara tendencia de responsabilizar al docentes de los probables fracasos que se presenten en un futuro, si no logran los alumnos escribir sus propias “historias de éxito” una vez que egresen de las escuelas.
Es inviable asociar el papel del maestro únicamente a la enseñanza, cuando es de explorado derecho que nuestra materia de trabajo es la docencia, que nos remite necesariamente al aprendizaje de los alumnos, para alcanzar la meta constitucional de formación integral que establece el propio artículo 3ro. que no fue reformado, por tanto es obligación del estado su cumplimiento.
La docencia no solo depende del maestro, también son parte los alumnos, padres de familia, administradores educativos (desde los titulares de las instancias gubernativas, hasta los secretarios escolares, por mencionar algunos), la infraestructura instalada, el financiamiento que se destina, los materiales, dispositivos y recursos didácticos que está obligada la parte patronal a proporcionar al trabajador, así como la capacitación que debe brindar para el desempeño eficiente de la actividad que la ha sido encomendada en términos de un nombramiento.
La educación es responsabilidad de los tres niveles de gobierno y de los ciudadanos no en rutas económicas, pero sí de acompañamiento actitudinal, cultural, de valores desde el hogar y de ser posible pedagógico, para favorecer el desempeño del maestro que sólo es parte del proceso escolarizado, la construcción de las historias de éxito tiene más participantes y no se reduce a la figura del docente.