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Luis Zamora Calzada

DE DISCURSO A DISCURSO

Impresionado, realmente impresionado, lo que a continuación se transcribe dará la razón, no es discurso de este tiempo, sin embargo aplica, no se entiende si fue visión o mera inspiración de momento, quizá un presidente no supo que su dicho fuera hoy una realidad a combatir, sin más preámbulos va el texto:

 

Razones sobran. Baste comentar lo que en su momento dijo Adolfo López Mateos, quien en 1960 nacionalizara la industria eléctrica:
«Pueblo de México. Les devuelvo la energía eléctrica, que es de exclusiva propiedad de la Nación, pero no se confíen porque en años futuros algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros.
Ni un paso atrás, fue la consigna de Don Lázaro Cárdenas del Río, al nacionalizar nuestro petróleo. Hoy le tocó por fortuna a la energía eléctrica. Pueblo de México, los dispenso de toda obediencia a sus futuros gobernantes que pretendan entregar nuestros recursos energéticos a intereses ajenos a la Nación que conformamos.
Una cosa obvia es que México requiere de varios años de evolución tecnológica y una eficiencia administrativa para lograr nuestra independencia energética; sería necio afirmar que México no requiere de la capacitación tecnológica en materia eléctrica y petrolera. Pero para ello ningún extranjero necesita convertirse en accionista de las empresas públicas para apoyarnos. Sólo un traidor entrega su país a los extranjeros; los mexicanos podemos hacer todo mejor que cualquier otro país.
Cuando un gobernante extranjero me pregunta si hay posibilidad de entrar al negocio de los energéticos o a la electricidad, le respondo que apenas estamos independizándonos de las invasiones extranjeras que nos vaciaron el país.
Pero en tanto, los mexicanos sí queremos invertir en el petróleo americano o en su producción de energía eléctrica, por si quieren un socio extranjero. En México, la Constitución es muy clara: los recursos energéticos y los yacimientos petroleros son a perpetuidad propiedad única y exclusiva del pueblo mexicano. El resto de las especulaciones al respecto son traición a la patria.
Industrializar el país no implica una subasta pública de nuestros recursos naturales, ni la entrega indiscriminada del patrimonio de la patria”.
De un mexiquense a otro mexiquense. Desde el pasado López Mateos le viene a confirmar a Peña Nieto: A los mexicanos patriotas “los dispenso de toda obediencia a su futuros gobernantes que pretendan entregar nuestros recursos energéticos a intereses ajenos a la nación que conformamos”. QueRazones sobran. Baste comentar lo que en su momento dijo Adolfo López Mateos, quien en 1960 nacionalizara la industria eléctrica:
«Pueblo de México. Les devuelvo la energía eléctrica, que es de exclusiva propiedad de la Nación, pero no se confíen porque en años futuros algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros.
Ni un paso atrás, fue la consigna de Don Lázaro Cárdenas del Río, al nacionalizar nuestro petróleo. Hoy le tocó por fortuna a la energía eléctrica. Pueblo de México, los dispenso de toda obediencia a sus futuros gobernantes que pretendan entregar nuestros recursos energéticos a intereses ajenos a la Nación que conformamos.
Una cosa obvia es que México requiere de varios años de evolución tecnológica y una eficiencia administrativa para lograr nuestra independencia energética; sería necio afirmar que México no requiere de la capacitación tecnológica en materia eléctrica y petrolera. Pero para ello ningún extranjero necesita convertirse en accionista de las empresas públicas para apoyarnos. Sólo un traidor entrega su país a los extranjeros; los mexicanos podemos hacer todo mejor que cualquier otro país.
Cuando un gobernante extranjero me pregunta si hay posibilidad de entrar al negocio de los energéticos o a la electricidad, le respondo que apenas estamos independizándonos de las invasiones extranjeras que nos vaciaron el país.
Pero en tanto, los mexicanos sí queremos invertir en el petróleo americano o en su producción de energía eléctrica, por si quieren un socio extranjero. En México, la Constitución es muy clara: los recursos energéticos y los yacimientos petroleros son a perpetuidad propiedad única y exclusiva del pueblo mexicano. El resto de las especulaciones al respecto son traición a la patria.
Industrializar el país no implica una subasta pública de nuestros recursos naturales, ni la entrega indiscriminada del patrimonio de la patria”.
De un mexiquense a otro mexiquense. Desde el pasado López Mateos le viene a confirmar a Peña Nieto: A los mexicanos patriotas “los dispenso de toda obediencia a su futuros gobernantes que pretendan entregar nuestros recursos energéticos a intereses ajenos a la nación que conformamos”. QueRazones sobran. Baste comentar lo que en su momento dijo Adolfo López Mateos, quien en 1960 nacionalizara la industria eléctrica:
«Pueblo de México. Les devuelvo la energía eléctrica, que es de exclusiva propiedad de la Nación, pero no se confíen porque en años futuros algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles entregar de nuevo el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas extranjeros.
Ni un paso atrás, fue la consigna de Don Lázaro Cárdenas del Río, al nacionalizar nuestro petróleo. Hoy le tocó por fortuna a la energía eléctrica. Pueblo de México, los dispenso de toda obediencia a sus futuros gobernantes que pretendan entregar nuestros recursos energéticos a intereses ajenos a la Nación que conformamos.
Una cosa obvia es que México requiere de varios años de evolución tecnológica y una eficiencia administrativa para lograr nuestra independencia energética; sería necio afirmar que México no requiere de la capacitación tecnológica en materia eléctrica y petrolera. Pero para ello ningún extranjero necesita convertirse en accionista de las empresas públicas para apoyarnos. Sólo un traidor entrega su país a los extranjeros; los mexicanos podemos hacer todo mejor que cualquier otro país.
Cuando un gobernante extranjero me pregunta si hay posibilidad de entrar al negocio de los energéticos o a la electricidad, le respondo que apenas estamos independizándonos de las invasiones extranjeras que nos vaciaron el país.
Pero en tanto, los mexicanos sí queremos invertir en el petróleo americano o en su producción de energía eléctrica, por si quieren un socio extranjero. En México, la Constitución es muy clara: los recursos energéticos y los yacimientos petroleros son a perpetuidad propiedad única y exclusiva del pueblo mexicano. El resto de las especulaciones al respecto son traición a la patria.
Industrializar el país no implica una subasta pública de nuestros recursos naturales, ni la entrega indiscriminada del patrimonio de la patria”.
De un mexiquense a otro mexiquense. Desde el pasado López Mateos le viene a confirmar a Peña Nieto: A los mexicanos patriotas “los dispenso de toda obediencia a su futuros gobernantes que pretendan entregar nuestros recursos energéticos a intereses ajenos a la nación que conformamos”. Que”Pueblo de México, les devuelvo la energía eléctrica, que es de exclusiva propiedad de la nación, pero no se confíen porque en años futuros, algunos malos mexicanos identificados con las peores causas del país intentarán por medios sutiles de nuevo  entregaran el petróleo y nuestros recursos a los inversionistas.

 

Ni un paso atrás, fue la consigna de don Lázaro Cárdenas del Rio, al nacionalizar nuestro petróleo. Hoy le tocó por fortuna a la energía eléctrica. Pueblo de México, los dispenso de toda obediencia sus futuros gobernantes que pretendan entregar nuestros recursos energéticos a intereses ajenos a nuestra Nación que conformamos.

 

Una cosa obvia es que México requiere de varios años de evolución tecnológica y una eficiencia administrativa para lograr nuestra independencia energética; sería necio afirmar que México no requiere de la capacitación tecnológica en materia eléctrica y petrolera. Pero para ello ningún extranjero necesita convertirse en accionista de las empresas públicas para apoyarnos. Sólo un traidor entrega su país a los extranjeros; los mexicanos podemos hacer todo mejor que cualquier otro país.
Cuando un gobernante extranjero me pregunta si hay posibilidad de entrar al negocio de los energéticos o a la electricidad, le respondo que apenas estamos independizándonos de las invasiones extranjeras que nos vaciaron el país.
Pero en tanto, los mexicanos sí queremos invertir en el petróleo americano o en su producción de energía eléctrica, por si quieren un socio extranjero. En México, la Constitución es muy clara: los recursos energéticos y los yacimientos petroleros son a perpetuidad propiedad única y exclusiva del pueblo mexicano. El resto de las especulaciones al respecto son traición a la patria.
Industrializar el país no implica una subasta pública de nuestros recursos naturales, ni la entrega indiscriminada del patrimonio de la patria”.
De un mexiquense a otro mexiquense. Desde el pasado López Mateos le viene a confirmar a Peña Nieto: A los mexicanos patriotas “los dispenso de todaUna cosa obvia es que México requiere de varios años de evolución tecnológica y una eficiencia administrativa para lograr nuestra independencia energética, sería necio afirmar que México no requiere de capacitación tecnológica en materia eléctrica y petrolera.

 

Pero para ello ningún extranjero necesita convertirse en accionista de la empresas públicas para apoyarnos.

 

Solo un traidor entrega a su país al extranjero, los mexicanos podemos hacer todo mejor que cualquier otro país…”

 

El texto es de Adolfo López Mateos, en 1960, con motivo de la nacionalización de la industria eléctrica, no hay razón para no buscar en la historia, la actualidad requiere del conocimiento de nuestro país, no nos auto condenemos al olvido que se ve próximo en el horizonte cercano, iniciando por la omisión de cantar el himno nacional, la hora a llegado mexicanos al grito de guerra, aun cuando los mochos como reseña la historia se pongan a chillar.

 

 

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