El gobierno del Estado de México en los últimos, teniendo con referencia el cuarto informe de Eruviel Ávila Villegas, ha dado conocer cifras de que la incidencia delictiva ha disminuido en la entidad, lo cual manifiestan con mucho orgullo, sin embargo el hayan disminuido algunos delitos, no quiere decir que haya un gran avance y mucho menos que las cosas vayan mejor.
Pues en días recientes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer que la entidad mexiquense ocupa el último lugar nacional en materia de seguridad.
Lo cual no es expresado por los funcionarios del gobierno ni por el gobernador, que en distintas ocasiones han desestimado los estudios y encuestas del INEGI; sin embargo, ahora no tienen ni como echarse a un lado, pues análisis de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) confirman que la seguridad en la entidad es deplorable y presenta el peor desempeño tanto en la tasa de incidencia delictiva como en la seguridad autorreportada.
En comparación con el promedio del país, el desempeño de la entidad se ha deteriorado en los índices de seguridad, con un incremento del 180 por ciento en la tasa de incidencia delictiva y un aumento del 25 por ciento en la percepción de la inseguridad.
El gobierno estatal desacreditó este estudio, pues aseguraron que estaba basado en percepciones, pero que no la gente se expresa conforme lo que vive en su cotidianidad, entonces Eruviel Ávila y equipo de trabajo no están escuchando a la ciudadanía, como tanto dicen, su sentir no es válido si no está acompañado de una cifra, o peor aún, la palabra de la gente no vale si no se comprueba que efectivamente fueron violentados por algún delincuente.
Al dar a conocer conjuntamente “los resultados más destacados del bienestar en las entidades federativas, señalaron que durante 2014, el 40 por ciento de los mexiquenses dijeron sentirse inseguros en la entidad y que un año antes, es decir en 2013, la tasa de incidencia delictiva fue de 25 mil 126 delitos por cada 100 000 habitantes.
Según la OCDE y el INEGI, la seguridad ha empeorado tanto en el estado de México como en Guerrero en los últimos cinco años, al tiempo que los ingresos llevan retrocediendo desde el año 2008.
Pero no sólo en seguridad la entidad está mal posicionada, ya que en lo que se refiere a empleo, ocupa el lugar número 27 de los 32 estados del país, así como el 26 en medio ambiente y el balance vida-trabajo.
En materia de salud es el único rubro donde ha avanzado, ya que se ha visto una disminución tanto en la tasa de mortalidad materna como en la de obesidad, lo que representa el tercero y quinto mayor avance, respectivamente.
El informe de la OCDE y el INEGI utiliza 35 indicadores de bienestar agrupados en 12 dimensiones de la iniciativa para una vida mejor desarrollada, consideradas por el organismo internacional y que son ingresos, empleo, vivienda, salud, acceso a servicios, educación, compromiso cívico y gobernanza, medio ambiente, seguridad, balance vida-trabajo, relaciones sociales y satisfacción con la vida.